Prólogo

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Si había algo que Kurapika odiaba era la temporada social, tenía que abandonar sus libros, sus comodidades y la tranquilidad de su mansión en el poblado de Luxer, para ir a pasar la temporada social con sus tíos en el campo. No era que odiaba el campo, de hecho le encantaba visitar a sus tíos cuando no era la temporada.

Pero cuando lo era, el bullicio de la gente, los eventos, las galas; todo era demasiado para el rubio. Su madre lo obligaba a asistir ya que le decía que necesitaba salir al mundo, hacer amigos, crear lazos con otras familias y lo más importante encontrar una chica con la cual casarse y tener herederos.

Kurapika no necesitaba esas cosas, ya tenía amigos. Tenia a Gon, Killua y Pairo. Los tres eran aristócratas casi de su misma edad. No necesitaba más amigos, y tampoco quería casarse; al menos no aún. Además, las chicas de la alta sociedad le parecían tan ruidosas y algo desesperadas para su gusto.

El primer día que llegó a casa de sus tíos se reunió con sus amigos en una agradable tarde de juegos de Pocker. No era algo que frecuentan hacer, pero aparentemente era algo nuevo que había aprendido Killua y había querido enseñarles a todos.

Jugaron algunas rondas de práctica, Killua enseñándoles todo para no tener una ventaja injusta sobre ellos, después de algunos juegos comenzó la verdadera partida. Apostaron algunas monedas, pero a medida que el juego se ponía intenso e interesante empezaron a elevar el nivel.

Gon y Pairo sabiamente se habían retirado a tiempo, pero Killua y Kurapika con las grandes mentes maestras que eran, no perdían la oportunidad de intentar engañar y superar al otro.

-Bien, creo que este es el final- dijo con seguridad el rubio al mirar su mano una escalera de color.

-Oh...¿ tan seguro estás? ¿Subimos la apuesta? - pregunta el peliblanco con la misma seguridad que el rubio -el ganador se lleva todo y además, ¿Qué te parece si el perdedor se viste de chica para el baile de disfraces de hoy?

Kurapika leyó la expresión facial del peliblanco: -esta fanfarroneando- se dijo a si mismo, notó el ligero tic en sus labios, una sonrisa fingida; además la propuesta del peliblanco sabía que era con la intención de acobardarlo. Sabía cuándo odiaba kurapika que lo comprarán con una chica, y seguramente Killua esperaba asustarlo con eso para que se retirará. -Oh Killua, que equivocado estás. - pensó el rubio, manteniendo un rostro neutro -Bien, acepto tu apuesta- dijo el rubio y observó el rostro sorprendido del joven. Mostró su mano - Escalera de color.

-Vaya... No esperaba que tuvieras esa mano - admitió el joven - pero no es lo suficientemente buena para ganarle a esto - dijo bajando su propia mano - Escalera real. Gané.

Kurapika observó las cartas con incredulidad. ¡Eso no podía ser verdad!

Kurapika se vio muy triste y abatido por haber perdido, no le importaba el dinero, pero ahora tendría que asistir al baile de disfraces como una mujer.

Killua vio tan abatido al rubio por haber perdido, que casi se arrepiente de haber hecho trampa, pero lo hecho hecho estaba y no quería que la furia del rubio cayera sobre él. Así que mejor mantuvo la boca cerrada.

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