Capítulo 1: La misteriosa dama de azul

362 46 8
                                    

Kuroro se presentó en el baile de disfraces al que había sido invitado, hacía mucho tiempo ya que no asistía.
Había estado tan ocupado en sus negocios, que había descuidado un poco su vida social. Era tiempo de volver, además buscaba encontrar una esposa que le diera herederos.

Al principio pensó que con cualquier mujer que eligiera bastaba, y había muchas mujeres interesadas en él. Pero cómo saber si realmente eran adecuadas. En el baile de disfraces nadie lo reconocería, podría ver a las mujeres tal cuáles eran. Tal vez fuese la oportunidad perfecta.

Hablo con algunas de ellas, e incluso bailo con una que otra joven. Pero nada era lo suficientemente bueno. Carecían de gracia, belleza o inteligencia. Se pregunto si tal vez estaba siendo demasiado exigente.

Caminaba por el salón lleno de gente, las conversaciones llenaban el sonido de la habitación, se dirigía a los jardines para tener un momento a solas.

El aire fresco golpeó su rostro y noto la bella y delicada figura de una joven rubia, su vestido bellamente diseñado como las alas de una mariposa. Parecía ocupada en sus propios pensamientos ya que no notó su presencia, hasta que Kuroro se acercó lo suficiente.

Ella se estremeció un poco.

-Disculpe mi atrevimiento, no deseaba asustarte- dijo el pelinegro. Acercándose un poco más.

-No me asustó, solo estoy un poco sorprendida. - dijo la joven, ocultando un poco su rostro de él, aunque no era necesario hacerlo la máscara ya cubría bien parte de su rostro.

-¿Es tímida? - se preguntó brevemente pero vio el fuego en esos ojos azules.

-Si me disculpa mi lord, pienso retirarme- hizo una reverencia y estaba a punto de marcharse y kuroro sintió la impetuosa necesidad de detenerla.

-Espere, me honoraria con su presencia si pudiese acompañarme un rato más.

La mujer lo miro con ojos escrutadores, por un momento pensó que se negaría a aceptar, pero al final accedió. Dejando salir el aliento que no se había dado cuenta que había estado conteniendo.

-Si es lo que me pide mi lord, lo haré.

Kuroro le ofreció su brazo y la joven lo tomó. Satisfecho de que aceptará, la guío por los jardines hasta el laberinto de árboles que habían Sido instalados recientemente en aquella mansión.

-¿De dónde proviene?- preguntó Kuroro

-De un lugar muy lejano- respondió la joven, notando la sospecha en su voz. No parecía estar feliz con darle información sobre ella.

-¿Es la primera vez que viene a estos bailes?

La rubia permaneció en silencio un momento antes de responder: -No, es mi primera temporada social.

Kuroro pudo notar los nervios en su voz, ocultaba algo. La verdadera pregunta era ¿Porque?

-No hablemos más, solo disfrutemos- dijo la rubia, plantandose frente a él. Rodeando su cuello con sus brazos.

-Me has traído a este lugar tan apartado por una razón, ¿Verdad?

Kuroro tragó, no esperaba esto de la joven. Tal vez no era una aristócrata como creia kuroro, recordaba vagamente qué su anfitrión solía contratar prostitutas para hacer las cosas más interesantes. ¿Ella lo era?

Sintió el cuerpo de ella muy cerca del suyo, era un escándalo. Si alguien lo encontraste así, sabía que su nombre y reputación se arruinarían. Pero poco le importó, le gustaba esta chica, y la quería. No le importaba su clase social, quería hacerla suya.

MasqueradeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora