Un afecto creciente

Capítulo 80: Segundo encuentro

"Esto no ha terminado", rugió Shukaku impotente, mientras su núcleo se comprimía en la tetera, "saldré de allí y luego los mataré a todos".

"No, no lo harás", dijo Gaara con naturalidad, cuando la tapa se cerró sobre la olla. Una vez que el demonio se perdió de vista, Matsuri y Tsutomu dejaron caer las barreras que habían desviado el One-Tails.

"Natsuki, Baki, por favor", el Kazekage dejó el contenedor y se alejó.

Los dos Sand Jonin se apresuraron y Shikamaru fue hacia Temari. Ahora que todo había terminado, la joven parecía estar al borde de las lágrimas. Parte del joven normalmente apático quería abrazarla, pero sabía que ella no reaccionaría bien con tanta gente alrededor. En cambio, se conformó con simplemente poner su mano sobre su hombro. Ella colocó su mano sobre la de él, forzando una sonrisa débil y agradecida.

Los dos shinobi que Gaara había pedido para ambos sacaron talismanes de papel en blanco y crearon nuevos sellos mientras adherían las etiquetas a la parte superior de la olla.

"¿Eso aguantará?" Shikamaru preguntó con curiosidad.

"Durará hasta que regresemos al Sunagakure", respondió el Kazekage, "Una vez que estemos en casa, tomaremos medidas más permanentes".

El genio perezoso asintió, satisfecho.

"Natsuki, Tsutomu", Gaara se dirigió a sus soldados nuevamente, "Lleva a Kankuro y One-Tails de regreso a la aldea".

La Jonin enmascarada asintió en silencio, pero la Kunoichi sacudió la cabeza en señal de protesta.

"Con el debido respeto, Lord Kazekage", Natsuki comenzó con firmeza, "Soy tu guardaespaldas. Cuando te dejé fuera de mi vista durante la Liberación del Sonido, estabas gravemente herido. Los Akatsuki son al menos tan peligrosos como Kabuto, así que mi lugar está a tu lado ".

Los ojos de Gaara se entrecerraron ligeramente, pero Baki intervino antes de que su líder pudiera hablar.

"Kankuro fue mi alumno", dijo el shinobi tuerto en voz baja, "Yo debería ser el que lo lleve a casa".

"Muy bien", había un pequeño sonido en la voz de Gaara, "Baki y Tsutomu volverán a la aldea. El resto de nosotros procederemos".

Se movieron para cumplir, Tsutomu tomó el contenedor, mientras que Baki recordó los títeres, y luego levantó suavemente el cuerpo de Kankuro. Desaparecieron en la noche, y el antiguo Jinchuriki volvió su atención a Ino.

"¿Cómo está Choji?" preguntó de nuevo. El heredero de Akimichi parecía dolorosamente pequeño con su armadura dañada, como si hubiera perdido casi un tercio de su masa corporal.

"Vivirá", dijo, "lidié con la peor de sus heridas y le di el antídoto. Pero necesita un hospital y algo de comida real, no más píldoras de comida. No estará en forma para luchar por un tiempo ".

"Entonces deberías quedarte aquí con él", instruyó la Sombra del Viento, "Shikamaru ..."

Su segunda orden se desvaneció cuando notó la cara de su hermana.

"Matsuri", cambió de opinión, "Quédate aquí con ellos también. En caso de que haya otro ataque".

"Parece que hay una posibilidad bastante buena de eso", señaló Shikamaru cuando el golpeteo de pasos desenmascarados surgió del otro extremo del valle.

Hinata se sorprendió de que no hubiera guardias ante las grandes puertas dobles que bloqueaban la entrada a las instalaciones de Akatsuki. Ella notó todas las huellas que conducían al barranco norte, y concluyó que los centinelas se habían ido para enfrentar al grupo de Shikamaru. Hizo una pausa breve y miró hacia atrás preocupada.