Cat Primrose Gardener

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El sol asomó tímido por el horizonte hasta dar contra la cristalera del segundo cuarto a la derecha. Allí dormía Cat. Un tenue haz de luz dió a parar a sus ojos, era hora de despertarse, el deber llamaba.

Aunque, por muy aplicada que pudiera ser Cat, eso no evitó que lanzara un gruñido de insatisfacción por tener que salir de entre las sabanas.

Se lavó y vistió con presteza, solo para detenerse frente al espejo. La imagen que le devolvió este sobre si misma le hizo saber que las escasas horas de sueño que había logrado acumular, le habian dado margen suficiente para enrredar y deshacer por completo la larga trenza rojiza que se habia hecho para dormir.

Suspiró con hastío mientras tomaba el cepillo, pero se vio interrumpida cuando llamaron a la puerta de su cuarto. Era Emily, la criada.

- ¿Ya se ha vestido? - preguntó con un dejo de fastidio en el tono de su voz al entrar.

Cat sonrió para si misma. Los primeros años de su vida los habia vivido sin servicio y no terminaba de sentirse comoda dejando que otro adulto la ayudase a vestirse. Daba igual cuanto lo intentase Emily, Cat siempre sería la primera en levantarse.

- Buenos dias, Emily, si lo prefiere puede ayudar a Willow a prepararse.

- Buenos días señorita Cat - respondió a su vez - sabe perfectamente que la señorita Willow disfruta de alargar al menos una hora más su descanso.

Llegó hasta ella solo para quejarse de lo mal que tenía puesto el corsé, argumentando que eso le pasaba por vestirse sola a toda prisa, y razón no le faltaba. Entre estirones de cabello y discusiones sobre si Cat deberia dormir o no con gorro y si este le molestaba o no, Emily consiguió domar su indómita melena en un sencillo, pero elegante, recogido. Este estaba adornado con un lazo, pues en aquella casa nunca faltarían los lazos.

Para cuando terminó, Willow ya estaba llamando a voces a Emily.

Al bajar Dana y su padre ya se encontraban en la mesa.

- Buenos días, Dana, buenos días Padre.

Este asintió sin apartar la vista del periodico, sin embargo Dana tenía bastante que comentar.

- ¿Pero hija mía que ojeras son esas? ¿Se puede saber a que hora te acostastes anoche? - comentó espantada.

- Probablemente tarde - respondió Cat intentando restarle importancia - Estuve recogiendo galan de noche, puesto que solo florece tras la caida del sol, y lo llevé a la herboristeria para comenzar el proceso de producción de perfume.

- Ah - dijo su padre separando la vista del periódico - bien, bien. ¿Dónde fuiste a recogerlo? El del jardin aun no ha florecido.

- Junto al arroyo que hay de camino a Amery Manor. Encontré unos arbustos llenos. Vamos a poder producir quince frascos de perfume solo de esta tanda.

La expresiónde su padre se iluminó. La de Cat también. Confiaba en haber cambiado exitosamente de tema, pero Dana aun tenía mucho mas que recalcar sobre ella.

- Llevas el corsé mal ajustado - le puntualizó, recolocando, así, el punto de atención en ella - ¿Cómo puede ser que Emily te lo haya puesto tan mal?

- No ha sido Emily - se apresuró a corregir Cat, pues no buscaba meter a la joven criada en problemas - me he vestido yo misma.

Amery ManorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora