Tamama presenta: Encerrado en pensamientos.

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Dentro de su lujosa habitación, Tamama yacía recostado sobre su amplia y cómoda pero desordenada cama. Sus ojos estaban rojos y un poco hinchados, debido al llanto que brotaba sin descanso.

Había pañuelos a montón alrededor de toda la cama, pañuelos que Tamama había usado para limpiarse la nariz o para sus lágrimas. Se podría decir que parte de la habitación estaba descuidada, más específicamente sucia, debido a que Tamama no salía ni dejaba que el equipo de limpieza entrara por que lo verían en ese estado.

Resopló suavemente, dejando que unas últimas lágrimas resbalaran por sus mejillas, lamentado su estado.

Todo este desplomo de emociones había comenzado hacía tan solo una semana, cuando visitó al perezoso sargento en su día libre.

-.

Un montón de polvo se alzó en el aire debido a la explosión.

Esto nubló un poco la vista de Tamama y lo hizo toser un poco ya que el polvo se había metido a sus pulmones.

El polvo finalmente se disipó, y Tamama pudo ver más claramente la habitación.

Las estanterías y repisas con Gundams que había en la parte frontal de la habitación estaban completamente derrumbadas y destruídas, y los Gundams yacían en el suelo, rotos en su mayoría.

La pared frente a él había recibido el mayor daño de la explosión y había escombros de metal y concreto derrumbados sobre el suelo.

Y en el suelo, justo con un pedazo de escombro en encima de ella, estaba Moa, protegiendo de la explosión a Keroro. Ella lo protegió con su propio cuerpo.

Keroro, quien había recibido el menor daño posible, salió de los brazos de Moa, tambaleándose un poco debido a la sacudida del impacto.

"¿Doña Moa?" preguntó Keroro, preocupado; observando el cuerpo derribado e inmóvil de la Angol.

Escuchó un ligero murmullo de parte de Angol Moa, algo así como un gemido de dolor sofocado, y ella comenzó a moverse fuera de los escombros.

Keroro sonrió, aliviado, dejando salir con un suspiro la presión que había sentido en ese momento.

"Doña Moa" dijo, esta vez extendiendo sus brazos para ayudarla a salir de los escombros. Cuando Moa lo alcanzó Keroro la jaló hacia él "¿estás bien?" preguntó.

Moa dio una pequeña sonrisa débil, estaba un poco herida.

"Estoy bien, tío, sólo fue un pequeño golpe".

Keroro le sonrió de vuelta. Ahora estaba completamente aliviado de que su sobrina solo había sufrido un muy ligero daño superficial.

"Doña Moa"

" Tío Keroro"

"Doña Moa"

"Tío Keroro"

Tamama vio esta escena con completo disgusto. Apretó sus dientes y puños completamente molesto.

"QUITA TUS SUCIAS GARRAS DE MI HOMBRE, MUJER" le gritó, abalanzándose directamente sobre ella.

Pero Keroro lo detuvo, levantándose del suelo e interponiéndose en su camino. Tomó su brazo con fuerza y los llevó fuera de la habitación a ambos.

Estando en el pasillo prácticamente lo arrojó ahí mismo mientras lo miraba con una expresión severa. Tamama frotó la piel en su brazo que había sido apretada por Keroro.

"Eso dolió..." se quejó en voz baja, frunciendo un poco el ceño.

"¡¿Qué demonios fue eso?!" le gritó Keroro "¡¿por qué demonios nos impactaste?!"

Tamama podía ver que Keroro estaba realmente molesto, especialmente por la forma en la que le estaba gritando.

"Yo no-"

"¡Necesitas aprender a controlar esto, Tamama!" Keroro continuó reprendiéndolo "¡esta actitud "celosa" la tienes que controlar, no es para nada justo que nos impactes a mí y a Doña Moa sólo por capricho!"

"¡Pero ella es una mujer malvada que siempre trata de arruinar mis momentos felices!" Tamama gritó "¡ella es la que se encarga de echarme a perder los momentos que paso junto a ti a solas!"

"Te equivocas," Keroro le dijo "Doña Moa es una chica inocente y dulce, es demasiado buena como para llegar a hacer algo 'malvado', como tú lo dices."

"Además, ella no tiene la culpa de que estés siendo un caprichoso."

Tamama se sintió herido. Las lágrimas dolorosas subieron a sus ojos y amenazaron con resbalarse con la mirada que le estaba dando Keroro en ese momento.

'Él la está defendiendo... lo sabía... Sabía que algún día tendría que elegirla por encima de mí...'

Tamama trató de ocultar que las palabras de Keroro realmente lo hirieron, pero finalmente dejó escapar unos cuantos sollozos que poco a poco se convirtieron en un llanto ahogado que Tamama trataba de ocultar de Keroro bajando la mirada o simplemente cubriendo y tallando sus ojos con sus manos.

Keroro se sintió un poco mal al ver llorar a Tamama. Claro, había estado enojado hace un momento, pero las lágrimas de Tamama le dieron un mal sabor de boca. Él honestamente no sabía cuál era la razón de Tamama por la cual los había hecho estallar o cuál era su problema, pero también se preocupaba por Tamama lo suficiente como para sentirse mal por hacerlo llorar.

Él movió un poco su mano hacia Tamama. Se detuvo pero entonces continuó moviéndola hasta tocar su brazo con la yema de sus dedos.

"Tamama... Necesito saber qué es lo que te pasa" sus cejas frunciéndose mientras lo decía.

"¿Qué es lo que sientes?"

-.

Tamama apretó sus ojos con fuerza, algunas lágrimas deslizándose por sus mejillas.

Y lo último que le dijo fue un:

"No lo entenderías."  Para después correr del lugar, huyendo de la respuesta que Keroro podría dar a eso.

Pero, dado que Keroro era particularmente estúpido y denso, lo más probable es que no entendiera lo que Tamama
(no) trataba de decirle y tal vez se confundió. Tamama no lo sabía, porque corrió de él sin querer escuchar nada más.

Pero deseaba que fuera así.

Aunque... A la vez no...

Él siempre soñó con confesar sus sentimientos a Keroro, pero también existía este profundo miedo de no ser correspondido y además rechazado por la persona que más amaba.

Él no sabía si estaba preparado para el rechazo de Keroro.

Lo más probable sería que no.

Así que, en el momento en el que Keroro miró directamente sus ojos, preguntándole qué era lo que sentía, huyó.

Porque no pudo soportar ser rechazado por Keroro.

-.

'Él nunca se dará cuenta de mis sentimientos por sí solo' Tamama pensó 'sólo lo sabrá si yo se lo digo...'.

Pero él no quería hacerlo, quería conservar su relación tal como estaba, porque le preocupaba perderla si trataba de imponer su amor sobre Keroro.

Aunque, a decir verdad, ahora mismo no estaba haciendo mucho por ello, ya que aún seguía encerrado en la mansión Nishizawa, todavía sintiendo una profunda tristeza y vergüenza, tras atacar a Keroro sólo porque no quería que pasara tiempo con esa mujer.

No sabía que hacer.

Así que sólo se mantuvo encerrado, para así poder evitarse la mirada de decepción en el rostro de Keroro.

R  E  F  L  E  X  I  O  NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora