Capitulo 1.

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Eran las 12:40 de la noche en la cuidad de Buenos Aires. Macri acababa de cerrar su campaña ese mismo día hace aproximadamente 4 horas en Mar del Plata. Mientras que la oposición había cerrado su campaña en la Plata.

Se encontraba molestó. Molestó por el hecho de haberse tenido que trasladar de forma repentina solo por unos papeles.

Mientras caminaba por la habitación y secaba su mojado cabello, escuchó como tocaban a la puerta.

- Espero que sea algo importante... -Se dijo a sí mismo, dirigiéndose a abrir la puerta.

Vaya sorpresa que se llevó el presidente al ver a la persona que tanto detestaba al frente de su puerta con un rostro de arrogancia.

- ¿Que haces aquí? -De manera poco gentil, le preguntó el presidente al pelotudo de Alberto.

- Vine a saludar... ¿O qué no puedo? ¿Que, se va a ensuciar tu conciencia sí te juntas con corruptos como yo? -Sonrió, con esa actitud arrogante que lo caracterizaba.

- Raja de aca, algún pelotudo nos puede ver juntos. Yo no quiero tener nada que ver con ustedes. -Le dijo, cerrándole la puerta en la cara.

Antes de que pudiera, Alberto se abrió pasó y entró en la habitación.

- Que lujoso, demasiado para un presidente que deja que los cuidadanos se caguen de hambre. -Juzgó sin lástima las condiciones con las que vivía el presi- Con la plata que te gastaste en la suite podrías haberla repartido para por lo menos 10.000 cuidadanos.

- Uh, como se nota que en economía no saben un choto ustedes los zurdos. -Manifesto sin problemas Macri, ganándose la atención del cara de pelotudo de Alberto- ¿Te podes ir o tengo que llamar seguridad para que te saquen?

Con una sonrisa, la cuál tanto odiaba por qué parecía que nunca se iba de ese rostro mal formado, Alberto se abrió pasó hacía él.

- Sería un escándalo para los dos si descubren que vine a verte o qué vos viniste hacia mí. -Fernandez puso sus manos en el pecho del presi, empujándolo hacía la cama- Puedo decir que intentaste persuadirme para que me bajara y los medios me van a creer, la gente lo va a hacer.

Esa parte de él es la que tango odiaba Macri de su enemigo, Alberto. ¿Como tenía cara para decir tantas mentiras? Lo odiaba.

Sintió cómo su camisa era desabrochada. ¿Que planeaba obtener de él esta vez?

- Sigo sin entender por qué haces esto... -Se quejó, mirándolo fijamente. Esperaba una respuesta en sus expresiones que le dijeran en lo que pensaba ya que el nunca parecía hablar enserio cuando se lo preguntaba.

- Por que me gusta tu cuerpo. -Antes de que pudiera decirle algo al respecto, Alberto metió la mano en pantalón y tocó por encima del boxer el miembro del presidente.

Un gemido ahogado salió de sus labios haciéndolo sonrojar. ¿Como podía mostrarse así ante su peor enemigo? De esta forma tan vulnerable y dejarlo que lo hiciera cada vez que el lo buscará. Estaba enloqueciendo.

- Mañana se termina tu mandato. Será mejor que estés listo para entregarme la poltrona. -Siguio insistiendo en demostrarle las razones por las cuales le desagradaba.

- ¿Quieres call~arte? Odió... -Gimio al sentir como Alberto metía su mano y masajeaba su miembro- tu hirritable voz...

- No parece que te disguste en lo absoluto. Deberías ver tu rostro, dice todo lo contrario presidente. -Movio con más rapidez su mano, haciendo que su enemigo se retorciera de placer. Ah le gustaba ese rostro. Le gustaba escuchar su voz gimiendo- Déjame escucharte decir mí nombre

Del otro lado, en las oficinas de cámara de seguridad, se encontraba el futuro presidente de la Argentina liberal. Milei, un genio. Y a su lado, Espert, quién cuatro años antes se había postulado para presi y perdió contra el que rima con culo abierto.

- Zurdos de mierda. Siempre queriendo hacer caridad con el bolsillo ajeno. -Menciono el peluca, con un aire de superioridad intelectual que se merecía ser reconocido por el pueblo argentino.

- No me sorprende que Macri haya caído con este viejo, los dos son tan para cuál. Sabía que en algún momento iban a cojer. -Sonrio de lado el profe, ganándose una sonrisa de Milei- Que no se note que los shippeo.

La noche continuó. Ambos estaban tan ajenos al mundo que los rodeaba, iba a ser la última noche que pasarían juntos. En el fondo, ninguno quería dejar al otro pero tenían que hacerlo... Iba a ser peligroso para ambos sí la prensa llegase a difundir esta rara relación... Por eso, Alberto tomó una decisión.

Cómplices (Macri X Alberto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora