Final del Torneo

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Inojin cargó a Himawari de regreso a la casa familiar de los Hyuga, donde lo esperaban Naruto, Hinata, Boruto, Hanabi y el abuelo. Una vez en casa, la llevaron a su habitación y la recostaron en su cama.

"Muchas gracias, Inojin-kun." Dijo Hinata, aliviada de que su hija estuviera a salvo.

"No hay porqué." Contestó el rubio y se marchó.

Boruto entró a la habitación con un cuenco con agua y una toalla, la cual remojaron y la pusieron en la frene de la chica para controlar la fiebre que tenía.

"¿Qué le pasa a Himawari, mamá?" preguntó Boruto, impotente.

"Está pasando por un momento de confusión." Respondió Hinata.

Boruto apretó los puños, lleno de frustración por no poder hacer nada por Himawari. Su hermanita era lo que más quería en el mundo y odiaba no poder defenderla del dolor.

"Boruto, Himawari estará bien."

"Yo, yo no pude hacer nada. Sin embargo, Inojin..."

"Tú eres su hermano, ella sabe que quieres protegerla y la amas; pero Inojin-kun es un amigo muy especial para Hima y él puede ayudarla en los momentos en los que tú no. Lo importante es que Himawari esté bien y sepa que te tiene a su lado, aunque no seas tú quien la proteja en ese momento." Lo reconfortó su madre.

Boruto se quedó en la habitación velando el sueño de su hermanita toda la noche.

A la mañana siguiente, Himawari despertó, se sentía adolorida, pero al mismo tiempo relajada.

"Hima, que bueno que despertaste ¿Cómo te sientes?" Saludó Boruto, ansioso.

"Onii-chan, buenos días" saludó Himawari con una sonrisa "¿Qué haces aquí?"

"Ayer me preocupé mucho por ti, así que decidí quedarme a cuidarte."

Himawari bajó la mirada y su sonrisa desapareció. Se sentía avergonzada por lo que había pasado la noche anterior.

"Iré a prepararte el desayuno. Te traeré algo para que te sientas mejor."

"Sí, muchas gracias."

Boruto le preparó un desayuno enorme para que recuperara sus fuerzas. Aunque no era muy hábil cocinando, a Himawari le gustaba comer lo que hacía su hermano.

"Sabes Hima..." Comenzó su hermano nervioso. Hima, que estaba probando un bocado se enfocó en Boruto "En estos momentos creo que soy un hermano mayor muy inútil..."

"Eso no es cierto" Protestó la menor.

"Tú eres una chica muy fuerte, por lo que no lloras por cualquier cosa. Has estado cargando un problema por tanto tiempo y yo no supe verlo." Explicó avergonzado "Ayer no pude hacer nada por ti..." Admitió frustrado "Pero siempre estaré a tu lado. ¡Y puedes contar conmigo cuando sea!" Gritó.

Himawari le brindó una sonrisa ligera, pero cargada con alegría.

"Gracias, nii-chan."

En la noche, Himawari se sentía mejor físicamente, así que bajó al jardín de la casa para entrenar. Se desesperaba porque estaba siguiendo las instrucciones correctamente, pero algo hacía que saliera mal.

"Estás entrenando muy duro." La sorprendió su abuelo.

"¡Abuelito! Solo estaba practicando." Sonrió Himawari.

"Eso lo veo. Eres muy responsable."

"Es solo que no me sale el ataque."

"Hay desbalance en tu energía. Aunque domines las posturas, debes controlar el balance interno."

"¿Tengo que concentrar más chakra?"

"Sin importar cuánto chakra utilices, no servirá de nada si está contaminado."

"Nunca había escuchado eso. Cómo lo puedo descontaminar."

"Debes deshacerte de aquello que te lástima." Respondió, señalando al pecho de la pequeña peliazul.

"No sabía que el Byakugan podía ver la contaminación de ese modo."

"No necesito el Byakugan para saber que algo aflige tu corazón, querida." Rió su abuelo. "¿Por qué no me cuentas que es eso que tanto te lastima?"

Himawari bajó la mirada. Estaba avergonzada por ser descubierta. No quería admitir que detestaba recibir todas esas muestras de afecto por parte de los demás.

"Nadie me conoce realmente. Todos me ven como la hija del séptimo Hokage o la descendiente del gran clan Hyuga. Pero nadie sabe quién soy realmente. Ni siquiera yo." Admitió. "Las personas en la aldea son muy buenas conmigo, pero solo es por los que están detrás de mí. No se han tomado la molestia en decidir si realmente merezco ese afecto o no."

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