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La ventana estaba medio abierta así que la música que sonaba en la habitación de hoseok podía ser escuchada desde la suya.
El chico usualmente bailaba canciones alegres, un poco de hip hop o bailaba las coreografías de grupos de pop femenino. Parecía como si  supiese todas las coreografías habidas y por haber; pero en ese preciso instante, para deleite de sus ojos( cosa que no quería admitir, claro.) Había dejado de lado todo por bailar aquella canción.

Los movimientos eran suaves y sensuales, algo totalmente distinto. Se mantenía con sus ojos cerrados, parecía perdido en su mundo; perdido seduciendo a seres místicos con la gracia y el delirio que ostentaba el tibio líquido afrodisíaco que manaba de los poros de su joven e inexperta piel junto con el encanto benévolo y a la vez despiadado de las caderas que únicamente podían pertenecer a una persona, Jung Hoseok. ¡Por Dios!

Se movia a ciegas consciente de su entorno por lo cuál en ningún momento tropezó. La planta de sus pies conocía cada grieta del suelo y la ubicación de cada objeto en su habitación. Desplazando su cuerpo danzante con una soltura delicada y a la vez brutal que le dejaba anonadado.

El baile de Hoseok abría siempre esa maldita puerta que se negaba a abrir por completo. Si pudiese, podría pasar horas, días de ser posible sin hacer nada más que verlo bailar.

—Hoseok.—Suspiro.— Estúpido Hoseok.—Rectifico, intentando no perder la cordura.

Las manos del chico viajaban del cuello a su cabeza mientras acariciaba su cabello y meneaba sus caderas seduciendo también al aire primaveral que entraba por su ventana y que seguramente acariciaba con sus invisibles dedos su acalorada piel luego de sus ligeros bailes.

Quería apartar los ojos pero ya había caído bajo el encanto de aquel chico tonto que meneaba su cuerpo con tanta lujuria en una danza erótica, consciente o inconsciente pero erótica.

Parecía como si supiese que estaba siendo observado; pero al contrario, no había abierto los ojos en ningún momento. Su camiseta gris tenía un poco de sudor y su cabello se veía un  humedecido. Lograba observar estos detalles puesto que el espacio entre ambas casas era reducido. Es más, si Hoseok abriese los ojos podría ver claramente a Taehyung totalmente idiotizado y si agudizaba un poco más hasta vería un hilo de saliva bajándo de la boca del pobre muchacho.

Se encontraba descalzo, únicamente con sus ajustados boxers y su camiseta humedecida.  Una toalla yacía tirada en el suelo lo cuál lo llevó a suponer que pretendía  bañarse y quizá sonó esa canción. Conociendo al chico, no había dudado en dejarlo todo y comenzar a bailar.

Tú haz estado en mi mente, como una bala a través de mi sistema. No te disculpes, quiero una motivación.

Mientras se movía despacio  volteo quedando de espaldas a su ventana. Posó con delicadeza las manos sobre su cabeza mientras sus caderas continuaban al compás de la canción.

Volteó nuevamente y por un momento Taehyung creyó que lo vería, sin embargo este no abrió los ojos.

Continuó acariciando su cuello con su mano, mordiendo un poco el labio inferior mientras la otra se deslizaba por su pecho. Acariciando, sintiendo con el tacto de sus dedos la música y toqueteando su cuerpo que en cada nota, ante los ojos de Taehyung,  se transformaba en canción.

Sujetó su camisa abriendo un poco las piernas elegantes y bien torneadas mientras su cadera dibujaba preciosos círculos sobre un eje imaginario. Tiró un poco de la camisa descubriendo una muy pequeña parte de aquella piel la cuál Taehyung suponía firme, terza y suave. Abandonó el cuello para palpar con sus dedos el elástico de su ropa interior. Tirando luego hacia abajo con su pulgar.

Los Reyes De La Colina//JinKook-VHope‐NamGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora