Haz mi sueño húmedo realidad.

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Estoy en mi cama con ella. Estábamos a punto de quedarnos dormidas, pero entonces ella metió su mano dentro de mi blusa, no llevaba sujetador, estaba demasiado cómoda sin el. Al principio creí que tenía frió, porque sus manos estaban heladas. Así que lo dejé pasar, pero en lugar de ponerlas en mi espalda, las fue subiendo poco a poco, empezando por mi abdomen y terminando hasta mis pechos. Fue entonces cuando abrí los ojos.

-¿Qué sucede?

-Tranquila, será rápido. Es que me entraron unas ganas de tocarte.-Me dijo, mientras se acercaba poco a poco. Y ahora su respiración estaba a unos milímetros de mi boca.

Me besó tan rápidamente y desesperadamente que no me dió tiempo de reaccionar. Me quedé así, hasta que cerré los ojos y comencé a besarla.

Mi parte íntima empezó a reaccionar, sentía mi latido en ese punto. Empezó a mover tan rápido sus manos, que jadeé de la emoción, sus manos encajaba perfectamente con mis pechos.
No tenía suficiente. Se separó y se quitó la blusa mientras decía:

-Esto es super raro, pero es excitante. Tocame.- Tomó mi mano y la llevó a su pecho. Eran perfectos, con una forma y una suavidad sorprendentes.
Ahora ella empezó a gemir mientras yo los tocaba, y ella no dejaba de tocar los míos.
Era una danza de manos tan frenética, que no podríamos decir quién lo hacía más rápido. Ella lo hacía con fuerza, pero sin lastimarme. Y estoy segura de que yo sí lo hacía con demasiada fuerza, porque cuando apretaba sus pezones y los jalaba ella disminuía la fuerza de sus movimientos y gemía demasiado alto, por lo que yo aplicaba más fuerza.

-Si quieres más, tienes que besarme de nuevo.- Le impuse, dejé de tocarla.

Ella sonrió y se acerco.

-Eso es trampa.

-Hazlo y no te detengas o no lo haré de nuevo.-Le advertí.

-Que mala eres.- Me dijo mientras reía delicadamente.- ¿Estás segura? No creo parar y puede que te canses primero que yo, y entonces terminarás debiendome.

-Pruebame.- La reté.

-Sigo creyendo que esto es raro en extremo. Pero tuve este sueño, y quise hacerlo realidad. Tranquila, nadie sabrá de esto. Quedará entre nosotras.

-Está bien.- le contesté. Y justo al terminar empezó a besarme de nuevo, jamás había probado unos labios como estos.
Jamás había besado a una mujer, pero es el mejor beso de mi vida. Sacaba su lengua y yo juntaba la mía con la suya, ella sabía cómo poseerme porque le expliqué hace tiempo cómo soñaba ser besada, y que ningún chico lo había logrado. Para mi sorpresa, ella lo estaba logrando.

Empecé a cumplir, mis caricias empezaron a ser más agresivas, quería sus pechos tan cerca y completamente en mis manos. Jalaba sus pezones sin parar, jugaba con ellos entre mis dedos.
Ella era exquisita, la sensación era excitante y demasiado erótica. Pero yo quería más, así que deslicé una mano dentro de su tanga. Se detuvo.

-¿Estás segura? Tendrás que terminar si empiezas.

-Lo haré.

-Cómo te quiero.- Y continuó besandome.

Con un dedo, empecé a descender aún más hasta llegar a su clítoris, tenía que estimularla primero, lo sabía, porque eso hacía conmigo misma. Cuando llegué al punto, tan sólo con tocarla ella se apartó para ocultar su gemido.

-Déjame ver, eres hermosa.- Le pedí. Así que retiró su mano de su cara, tenía los ojos cerrados y se estaba mordiendo los labios.

-Ve más rápido...- Me pidió entrecortadamente, apenas podía hablar por todo el placer que le estaba otrogando mis dedos.

La obedecí, y empecé a tocarla con movimientos rápidos y rítmicos.

-Ay, Dios. Que dedos... Estás que me calientas, ve más rápido cariño. Sabes cómo hacerlo.- Lo hice.- Me vengo... Que rico...- Cerró sus piernas para ejercer más presión, pero yo se las separé, ella iba a terminar por mí, sólo por mis dedos.- Más... Necesito más...- Y estaba dispuesta a cumplirselo, así que introducí dos dedos en su vagina y empecé a moverlos.- Eres muy excitante, tus dedos tiene experiencia. Ya no aguanto más...

-Dejate ir.- Le pedí.

-¡Ah! Agggggg...

Y terminó.

Mi mejor amiga se acuesta conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora