¡Easy peasy lemon squeezy!

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Part chú

— ¡Aquí no ha pasado nada! —gritaba un Jungkook claramente feliz, con el pelo despeinado y la camisa mal abrochada.

— Nada aburrido, querrás decir...

Con esa sincera frase, Yugyeom se ganó un puñetazo en el brazo. Sin responder nada más que una risa, se acercó al contrario y empezó a arreglarle la camisa.

— ¡Gracias, bebé! —sonrió el feliz chico mientras abrazaba a su hombre por la cintura.

Cuando Yugy acabó, Kook apoyó su mejilla en su estómago, aprovechando que estaba de pie delante de él. Pero se apartó en seguida.

Cuando no notó ninguna tela.

Automáticamente se dio cuenta de que todos sus seguidores verían los magníficos tatuajes de su novio y se alteró. Kook no era nada celoso, no le importaba que Yugy saliera con sus amigos y hablara con todas las personas que quisiera.

Solo había algo que no soportaba: que alguien más viera sus tatuajes.

— ¡Pero ponte tu camiseta!

— ¿Cómo? Si me la has roto cuando m-

Antes de que pudiera seguir, ya estaba tapando la boca del menor. Ya le había costado bastante hacer eso ahí. No pensaba permitir que dijera libremente todo lo que había pasado en ese intenso momento.

— ¡Pues ponte otra y vamos a acabar de contestar las preguntas! —gritó el pelinegro, poniendo un puchero al final de la frase.

— Vale, vale, pero no grites que estoy aquí —sonrió Yugy para luego besar ese puchero y hacerle caso.

Mientras esperaba al bocazas, se puso a releer las preguntas para ver en cuál se habían quedado. No tardó ni dos segundos en estampar su mano contra su frente al darse cuenta de que se habían saltado una.

— ¿Qué te pasa? —comentó Yugy con una sonrisa divertida.

— Es que nos hemos saltado una pregunta. Ni leer podemos hacer bien —le respondió riéndose, satisfecho con la camiseta roja que había elegido el contrario.

— Eh, yo sé algo que se te da maravillosamente bien...

— Mira, como vuelvas a insinuar algo así, —paró unos segundos mirando por el cuarto buscando algo— ¡te vas a comer mi peluche!

Mientras lo decía, ya estaba de camino a la estantería para cogerlo. Amaba su peluche de Totoro. Su novio se lo había regalado la Navidad pasada y siempre lo abrazaba cuando dormía solo.

El menor solo se dedicó a ver con ternura como se volvía a sentar en la silla, dejando el peluche bien sentado en sus piernas. No podía evitar pensar en esas mañanas que, al llegar de la farmacia, se lo encontraba durmiendo con el muñeco. Abrazado fuertemente a él como si su vida dependiera de ello.

— Bueno, bueno, ya me callo, pero vuelve a sentarte aquí —pidió señalando sus muslos.

— Ño, que luego terminamos igual... —Apartó la mirada de esa persona para dirigirla a la pantalla del ordenador.— Well, nos hemos saltado esta: ¿Última canción escuchada?

— Fue Sweet Chaos de Day6. Me gusta tanto el ritmo y me recuerda tanto a mi personita especial que no puedo parar de escucharla —respondió Yugy sin dudar ni un solo segundo porque literalmente era la única canción que escuchaba desde que salió.

Sin que el menor lo notara, Kook se llevó las manos a la boca emocionado, tragándose el grito que quiso salir. El pobre chico era así, gritaba siempre que fanboyleaba. A veces odiaba a su novio cuando decía esas cosas cursis delante de gente.

¡Déjame dormir! - YugkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora