Viñeta IronDad

85 3 0
                                    

—Papá —llamaba con desesperación, y entre lágrimas, una pequeña castaña a su padre.

—¿Qué pasa, cariño? —Morgan fue alzada por su padre, quien le limpió las lágrimas y plantó un beso en su mejilla— ¿Los Thorson de nuevo?

—¡Nosotros no hemos sido! —se defendió Fenrir al escuchar tal acusación de parte de su tan querido tío Tony.

—¡Ha sido papá Loki! —acusó la pequeña Hela.

—¡Niña traicionera! —se ofendió el hombre de cabello azabache.

—¿Qué le hiciste a mi hija, Laufeyson? —cuestionó más extrañado que nada, Loki parecía haberle tomado cariño a Morgan, no le cuadraba que fuese capaz de hacerle algo tan malo como para provocarle llanto.

—Que no le hice nada —se defendió, quizá hasta se estaba haciendo el loco, pero es que era una tontería.

—Cielo, ¿qué fue lo que te hizo cuernitos? —preguntó a Morgan, quien seguía llorando por lo bajo, hundiendo su pequeño rostro en el cuello de su padre— Muy bien, ¿quieren ganarse un día en la juguetería? —ofreció a los retoños de cabello negro.

Fenrir pensaba negarse, aún cuando la juguetería sonaba tentadora, su honor estaba primero... Hasta que su hermana empezó a cantar como si de un recital se tratase.

—Papá se ha transformado en serpiente —informó con una sonrisa, sin dejar de pensar en la variedad de juguetes que se conseguiría haciendo algo tan sencillo.

—¿Te atreviste a morder a mi hija? —ahora sí se había alterado, estaba preparado para una jugarreta, pero eso era pasarse de la raya.

—¡Que no! Déjala terminar —ordenó el más alto.

—Morgan quería transformarse en serpiente también, como papá —aclaró Fenrir, antes de que una guerra entre mundos tuviese lugar.

—¿Eso es todo? —no se lo creía, ¿dónde estaba el momento en que la niña empezaba a llorar?

—Sí, papá le ha explicado que ella no puede hacerlo y se ha puesto triste —continuó el niño, algo dolido por saber que su amiga no contaba con aquel don—. Tío Tony, ¿por qué Morgan no puede transformarse en serpiente; le ha pasado algo?

—¿Cómo? —la pregunta le había tomado por sorpresa, incluso se sentía acorralado con los tres rostros confundidos que le clavaban la mirada, porque ya Morgan se había tranquilizado, y ella también quería una explicación.

—Papá dice que Morgan no puede transformarse en serpiente —repitió la melliza del niño, creyendo que el mayor no les había escuchado con claridad—, ¿por qué no puede?

—Es... Ah... ¡Laufeyson! —gritó al notar cómo el hombre se alejaba a hurtadillas— No te atrevas —le amenazó—; tú causaste esto, tú lo arreglas.

—Si no hubieses preguntado... —se encogió de hombros, realmente le parecía más culpa del genio que nada.

—¡Que lo arregles! —repitió, mostrándole la pantalla de su celular, que se encontraba en el contacto del Doctor Banner— No me obligues a hacerlo, sabes cuánto ama Bruce a Morguna.

—¡Papá! —se quejó la niña, no le parecía el mejor momento para utilizar ese apodo, ni ese ni ninguno.

—Cielo, por favor, los adultos están hablando —le calló con dulzura antes de continuar amenazando al asgardiano— ¿Y bien? —mantuvo su mirada fija en él mientras movía su dedo pulgar hacia el botón de llamada, lenta y amenazadoramente.

—¡Está bien! —lanzó ambos brazos frente suyo, en una mímica que le rogaba detenerse— ¿Puedes bajarla? —pidió ya más calmado, al estar justamente a un lado de los Stark.

El padre de la pequeña no hizo más que cumplir la petición de su amigo, haciéndose a un lado para permitirle tranquilizar a la niña.

Se quedó viendo por unos instantes la escena, Loki no era tan malo con los niños ajenos como muchos creían...

—¿Qué acaba de...? —el azabache se alejó de la pequeña, la cual no tardó mucho en convertirse en una serpiente casi recién nacida— ¡¿QUÉ LE HICISTE A MI HIJA? —sacudió con cierta desesperación al asgardiano.

—¿Ah? Hice lo que me dijiste —se separó del genio, sacudiendo y acomodando nuevamente su ropa—. Lo arreglé.

—Convertiste a mi hija... ¡EN UNA SERPIENTE!

—Ah, no, ella lo hizo sola —explicó con total seriedad.

—Explícame qué fue lo que hiciste —preguntó un tanto más tranquilo, la niña parecía feliz, o al menos eso percibía al ver a la pequeña serpiente arrastrarse tras los Thorson.

—Le dí el don de la transmutación —informó sin inmutarse siquiera.

—Bien... supongo que podré explicarle esto a Pepper, creo —no podía ni parpadear, mucho menos quería pensar en lo que le diría Pepper; quizás hubiese sido mejor dejar las cosas como estaban.

Marvel-shotsWhere stories live. Discover now