No puedo precisar con exactitud en que momento comencé a forjarlo en mi mente. Solo sé que lo primero que vi fueron sus ojos, unos ojos grandes, color miel y dulces. Desde ese primer momento supe que lo amaba...
Tal vez para hacer más comprensible este pequeño relato deba comentar algo de mí misma.
Soy joven aunque algunas características de mi personalidad no dejen adivinarlo. No siempre fui así.
Hubo un tiempo en que supe ser una persona simpática y sociable. No quiero hacer creer con esto que la gente que me rodeaba tuviera una alta estima en mi inteligencia y genio, no, pero, no obstante, creo que llegaron a considerarme alguna vez como una compañía agradable.
Pero diversos factores de mi vida, sumado a viejas traiciones de gente que no esperaba, minaron el espíritu arruinado de mi vida, transformándome en lo que soy ahora: una chica solitaria y amargada.
Fue en esta crisis de mi vida cuando comencé a crear a Amir ¿Por qué Amir?, tal vez
porque nunca había conocido un chico que llevara ese nombre, y porque no conocía un varón que no despreciara.
Comencé a crearlo poco a poco, dulcemente, con una perfección inigualable, alto, de contextura grande, un cuerpo moldeado por mi imaginación cual blanda arcilla. Y cuando terminé su cuerpo, formé su alma, suave, bondadosa y comprensiva.
Amaba a este ser imaginario que llamé Amir profundamente, como solo Dios puede amar la obra en sus manos.
Continuará...🦋