capítulo II

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Ya han pasado tres semanas del inicio de clases, y como todos los años en mi escuela ingresan estudiantes de intercambio de todo el mundo, especialmente de España, Italia, Canadá, Estados Unidos, Francia y Suiza. Con un par de alumnos de otros cursos organizamos una asamblea de orientación escolar, en la que se les pueda ayudar a que estén a el mismo nivel que los demás estudiantes y se les ayuda en la integración.
Por suerte este año no hubo ningún problema, ya que cada estudiante logro adaptarse y nivelarse perfectamente. Solo se necesitaba responder a algunas dudas que ellos tenían y darles un tour por toda la escuela.
A mí se me designó dar la orientación a cuatro estudiantes: Stella Genolet de Suiza, es una chica con rasgos definidos, de piel pálida; ojos celestes como el cielo; y cabello rubio. Pierre Fablet de Francia, es un chico pelirrojo de ojos verdes, y mandíbula perfilada. Junto con los chicos de intercambio de Washington (USA), Nicholas y Jackson. A los dos últimos nombrados los conocí más personalmente porque se llevan bien con Luke y todo su grupo de amigos (los cuales de cierto modo también son míos). Al final ellos terminaron de ser como creí que eran; Nicholas es gentil, amable, gracioso, egocéntrico, y maduro (aunque algunas veces se porta de una forma inmadura); mientras que Jackson es egocéntrico, malhumorado, inteligente, y astuto.

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Me encontraba en la última clase del día, T.A.S.H (taller de los aspectos del ser humano). En este taller lo que se busca es entender y aprender sobre los distintos aspectos que posee el ser humano, y debatir las diferentes opiniones que tiene cada uno sobre el cierto aspecto de esa clase. Como de costumbre los debates son muy conflictivos ya que la desigualdad de opiniones es muy notable, especialmente mis opiniones no son para nada como las del resto. El aspecto del cual tendríamos que debatir seria: "el amor".
– Se dice que el amor es un sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común– empezó a explicar la profesora Rodríguez– pero quién me puede decir que es el amor para el ser humano, qué le produce el amor a él–.
–El amor es un sentimiento divino. Que produce felicidad no solo a la persona que lo siente, si no que esa felicidad se extiende a los que están a su alrededor– dijo Lucía Suárez, una de las "amigas" inseparables de mi hermana.
Como en todas las clases del taller. Cuando uno daba su opinión, luego se debía levantar la mano el que tenga una opinión contraria de la que se había hablado anteriormente. Y como de costumbre, yo era siempre la que estaba en desacuerdo:
–El amor no es lo que todos piensan– empecé a debatir– Todos confunden el cariño con ese sentimiento. Pero las personas no se dan cuenta de lo que verdad sienten: unos dicen que se enamoran por sus cuerpos, eso es atracción; otros se enamoran por la inteligencia o los valores, y eso es admiración. Ningún ser humano está sabiendo lo que el amor implica. Todos piensan que es sentimiento común y corriente, pero implica mucho más que eso: un lazo que une las dos alas, porque no hay nada más puro que la misma, que hace demostrar a estas como una sola. Pero no todos lo logran comprender. Somos como flores en una florería: las personas eligen la flor más bella y se la llevan, pero cuando esta se marchita la tiran porque perdió su belleza. En cambio, el que entiende el verdadero significado de ese sentimiento, decide cuidarla para que esta se vuelva más hermosa de lo que ya es. Porque el que entiende que el amor es la felicidad de las dos partes y no la de uno. –al terminar de hablar todos me aplaudieron.
No faltó mucho para que terminara la clase y nos podamos ir a nuestras casas. Así que cada uno recogió sus cosas y se encaminó a sus respectivas casas.



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Al llegar a casa, encontré lo mismo de siempre: un padre encarcelado en su entorno laboral, una madre preocupada por lo que los demás digan sobre ella misma y su familia, y una hermana que se encarga de ignorarme o humillarme cada día. Algunas veces me pongo a pensar en cuando todo era diferente, y esta casa estaba llena de comprensión y afecto. Es increíble cómo todo pudo cambiar de un día al otro. Desearía volver el tiempo atrás y poder aferrarme ahí, y no volver a la actualidad. Pero ya no puedo lamentarme por sus acciones, ya no puedo culparme porque ellos se convirtieron en unas personas segadas por sus sentimientos. Esa es una de las mayores diferencias que tenemos, mientras ellos se dejan influenciar y demuestran las emociones, yo armó una barrera entre estas y el mundo. No permito ser controlada por las emociones, porque mostrar tus sentimientos te hacen mostrar vulnerable enfrente de los demás. Gracias a pensar de esta manera, me convertí en una persona que aprendió que mostrar sus emociones y sentimientos frente a los demás, solo puede significar que les de una forma para que lo puedan destruir.
Mientras me dirigía hacía mi habitación pude ver que: Alía, mi madre, se encontraba en la cocina limpiando, mientras miraba el noticiero; Elizabeth estaba posicionada frente a la televisión de la sala, viendo un programa de escándalos de las celebridades, mientras se pintaba las uñas; y por último mi padre se encontraba encerrado en su oficina infestado de asuntos laborales, lo general él siempre está en su trabajo pero se ha tomado una licencia por un par de días ya que se encontraba un poco enfermo. Ignorando todo mi entorno y a las personas que lo conforman, me dispuse a hacer mis tareas pendientes para esta semana, empezando por la tarea del T.A.S.H sobre las emociones humanas. Esto trataba de hacer una gran reflexión sobre las distintas emociones que sufren los seres humanos, sin más me acomodé en el escritorio de mi habitación y me puse a escribir.

Como ya se sabe, las personas son seres racionales, pero también pueden llegar a ser, en cierta forma, seres muy emocionales y expresivos en algunas circunstancias. Pero cada persona es diferente y en mi visión se pueden diferenciar dos grupos de las elecciones de las medidas al tomar decisiones: los del primer grupo son aquellos que son influenciados más por el razonamiento, y no se dejan llevar por sus sentimientos a la hora de tomar las decisiones; y los el segundo grupo son aquellos que a la hora de la toma de decisiones se encuentran muy influenciados por las emociones que ellos sienten.
Existen varios tipos de emociones. Algunas se las pueden clasificar de dos formas distintas: la primera forma es la de las emociones positivas, que son aquellas que provocan a la persona emociones que lo ayuden a pasar de una manera más fluida la vida, como por ejemplo la alegría, la esperanza, la fe, la felicidad, entre otras; y la segunda forma son aquellas emociones que tienen un aspecto negativo y empeoran la calidad de vida de las personas, como por ejemplo el odio, la angustia, la rabia, la envidia, entre otras.
Teóricamente cada persona suele sentir más de una emoción a la vez, ya sea una emoción positiva o negativa. También puede llegar a suceder que aquellos sentimientos puedan a ser de las dos formas.

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