¿Qué pasaría si cambiamos un momento de la historia?
El momento en que Inuyasha fue sellado en el Goshimboku por Kikyo.
¿Qué pasaría si Kikyo jamás hubiera sellado a Inuyasha? ¿Qué sucedería si Inuyasha hubiera logrado pedir su deseo de ser el you...
"Hay una luz en tu corazón, nadie más la ve con excepción de mi"
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-¿A qué te referías con seres de tinta?- pregunta Aome confundida mientras bajaba de Kirara junto con Shippo.
-Son youkai los cuales, al destruirlos, solo dejan un rastro de tinta negra a su paso- le hace saber Sango.
-¡Ahí vienen más!- grita el kitsune y efectivamente una gran orda de esos youkai de tinta venían hacia ellos.
La exterminadora alistó su boomerang lista para pelear cuando sin previo aviso, cierto monje llega a toda prisa a la escena y rápidamente destapa su mano derecha provocando que el agujero negro de su mano absorba en un santiamén a todos los seres de tinta.
-Por ahora no Sango- responde regresando a ver a la azabache- señorita Aome ¿Cómo logró escapar de Inuyasha?
-Etto yo no escapé, es solo que...- no termina de hablar pues se tambalea por el dolor de sus heridas, por lo visto aún no habían sanado en su totalidad.
-Estás herida Aome, ven con nosotros, yo me encargo de revisar tus heridas- propone Sango preocupada por el estado de la joven.
La miko del futuro accedió y los acompañó hasta un pequeño campamento en medio del bosque, entró en calor enseguida gracias a la fogata que prendieron para cocinar los peces. Sango acababa de terminar de vendar nuevamente sus heridas, por suerte no se habían infectado y probablemente sanen en un par de días.
-Debiste pasar por momentos muy difíciles a lado de Inuyasha, Aome- le mira con angustia- pero ya no tienes nada que temer, estás con nosotros ahora- Sango le sonríe.
-No, estás equivocada, bueno al principio quizás fue así pero...- agacha la cabeza- él no es como dicen...
-Aome, no caigas en sus juegos y no te confundas. Probablemente sólo te engañó para que pensaras así- dice tratando de hacerla entrar en razón.- ¿Él fue quién te causó estás heridas? ¿Verdad?
La azabache guarda silencio esquivando la mirada de la exterminadora, aunque era cierto que las heridas se las ocasionó Inuyasha, ella sabía que él no estaba en su total control cuando eso pasó. Sabía que algo le había ocurrido obligándolo a hacer eso y lo más seguro es que tenía que ver con el fragmento de Shikon.
-Descansa Aome- es lo último que dice la castaña alejándose un poco del sitio.
-¿Dónde estás Inuyasha?- pregunta Aome mirando hacia el cielo mientras acariaba con delicadeza la cabeza de Shippo, quién dormía con tranquilidad a su lado.
~o~
Un fuerte estruendo le hizo abrir los ojos de inmediato, podía detectar claramente el olor a fuego y cenizas, se incorpora rápidamente y se percata que el monje y la exterminadora también se habían levantado por el gran escándalo. Todos vieron lo mismo, un gran resplandor a lo lejos en medio de las penumbras de la noche y que obviamente indicaba que el fuego estaba a unos metros de donde se encontraban.
