¿Qué pasaría si cambiamos un momento de la historia?
El momento en que Inuyasha fue sellado en el Goshimboku por Kikyo.
¿Qué pasaría si Kikyo jamás hubiera sellado a Inuyasha? ¿Qué sucedería si Inuyasha hubiera logrado pedir su deseo de ser el you...
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A la mañana siguiente el grupo emprendió camino tras la pista del ōkami, el daiyoukai se veía muy decidido a encontrarlo y arrebatarle los fragmentos que posee. Nadie cruzó palabra con Inuyasha desde la discusión de ayer y él tampoco, a simple vista es fácil percatarse que todavía estaba molesto.
Cruzaban por un cendero algo estrecho y rocoso por en medio de dos montañas, con un barranco a su lado izquierdo. Un leve temblor se hizo presente, todos detuvieron su andar mientras trataban de divisar algún peligro a la vista y justo en ese momento, varias rocas colosales cayeron desde la cima, amenazando aplastarlos.
-¡Ja! Que truco tan viejo- comentó el ex-hanyou, descenvainado a Tessaiga y con la misma, logró hacer añicos los gigantescos pedazos de roca, llenando de polvo el lugar.
Pensaron que todo había terminado hasta que una gran lobos apareció en medio de la espesa polvareda, empujando a Inuyasha junto con ellos al fondo del abismo y aprovechando ésto, cierto youkai de coleta alta llega a una velocidad sobrenatural, llevándose a la miko del futuro de ahí junto con el pequeño kitsune.
-¡¿Qué te pasa?! ¡Bájame!- gritó tratando zafarse de su agarre pero le fue imposible, su secuestrador no contesta y sin previo aviso brinca, dispuesto a saltar aquel abismo que separaba las dos montañas- ¡Kya, nos vamos a caer!
-¿¡Quieres cállarte mujer?!- reclama con fastidio, llegando fácilmente al otro lado y en ese instante varios youkai a manera de pájaros los rodean- se acerca de la habilidad que tienes, así que dime ¿Alguna de esas aves del paraíso tiene un fragmento?
La azabache los analiza detenidamente.
-No, ninguno- respondió.
-Bien- continúa corriendo a gran velocidad, pues sabía que si no se apresuraba ese daiyoukai los alcanzaría- ¡Hasta nunca, no los quiero volver a ver!
Varios minutos después llegaron a un sitio más apartado, donde pudo divisar una gran cueva habitada por cientos de ōkami más, la cual estaba ubicada justo frente a un amplio riachuelo y protegida por las montañas rocas del sitio. Obviamente se encontraba en la guarida de todos ellos.
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Logró deshacerse con facilidad de esos lobos y antes de caer al río consiguió sujetarse a una liana, es más que claro quién es el responsable de ésto. Definitivamente no tendría piedad de ese tipo la próxima vez que vea. Así subió con rapidez hasta llegar con los demás.
-¿Y dónde está Kagome?- interrogó al no ver a la chica con ellos.
-Fue secuestrada por ese hombre llamado Koga- le hizo saber el monje, en eso cierta taijiya aterriza frente a ellos, montada sobre su neko-youkai- ¿Qué ocurrió Sango?
-Al principio pude seguirlos pero varios youkai aparecieron de repente y me impidieron continuar- explica con preocupación.
La exterminadora los guió hacia donde se yacía tirado en suelo el cadáver de la criatura mencionada, por el momento llegaron a la conclusión de que tal vez esos seres son aliados de los ōkami, aunque eso no resolvía la incógnita sobre el paradero de Kagome.
