Me encuentro en un avión, con mi vista puesta en la ventana, esperando llegar a una nueva ciudad, donde mi madre y yo empezaremos una nueva y mejor vida, o eso es lo que ella y yo esperamos.
—¿Tienes hambre? —dirigí mi mirada hacia mi mamá al oírla hablar, negué con la cabeza y le di una sonrisa de boca cerrada en agradecimiento por pensar en mí.
El resto del viaje fue tranquilo, no hubo preguntas o silencios incómodos.
Al llegar debíamos rentar un auto para dos horas de viaje hasta Dentron. Recordé las palabras de mi madre sobre las características del pueblo, entre ellas, que no era ni muy pequeño ni muy grande, traía variedad de lugares, no como en Nueva Orleans, pero con un tamaño aceptable.
—Abróchense los cinturones, en unos minutos aterrizaremos en el aeropuerto del estado: Georgia, Samtredia —Se oía por todo el avión la azafata dando instrucciones de como amarrarse bien, o que hacíamos si ocurría una emergencia, mientras otra nos mostraba como hacerlo.
Me parece una pérdida de tiempo, eso lo debieron haber enseñado desde que entramos. Pero no soy yo quién debería decírselo.
Cuarenta y cinco minutos después, ya nos encontrábamos de camino a Dentron. No se que va a suceder, pero no tengo nervios, tampoco estoy emocionada, simplemente tengo un poco de esperanza sobre ese lugar.
El transcurso del camino fue despejado, no hay muchos autos transitando esta pista. El auto tiene una radio, así que mamá pone una que otra canción que le agrade.
Suena "Ride" de "Twuenty one pilots"; a mamá le gustan las bandas modernas, y puedo confirmar que le desagrada todo lo que sea antiguo, madre "cool" se identifica ella...
[...]
Ya hemos llegado a Dentron, el lugar está rodeado de grandes árboles que dan inicio al bosque.
Las personas aquí son cerradas, por lo que entendí de mi madre; dice que todos viven en su mundo y les incómoda entrometerse en la vida de los demás. Esa fue otra de las razones por la que nos mudamos.
Pronto llegamos a nuestra nueva casa, la cuál es pequeña; cuenta con dos habitaciones, un cuarto de baño, una entrada aceptable y un tanto descuidada, un pequeño patio trasero, la cocina es muy pequeña, tanto que pienso que si dos o más personas entran a ella, sería bastante incómodo. También hay una sala con dos sillones y una mesita al frente. Todo lo que necesitamos en estas cuatro paredes.
Mamá trabajará en una cafetería del pueblo, ya que la dueña es una amiga de ella.
Yo voy a decidir si terminar de estudiar o ayudar a mi madre con el trabajo.
Mi estómago cruje de hambre, no haber comido nada en todo el día me está pasando factura.
—¿Mamá?... -Sus ojos canela me observan y me hace un ademán para que continúe hablando. —Pensé que tendrías hambre... ¿Vamos a comer algo? —Mi voz salió más indiferente de lo que esperaba.
Ella me regala un "Por supuesto" y con una sonrisa se dirige a la puerta con llaves en mano.
—¿Que quieres comer? Creo que cerca de aquí hay una pizzería... —Abre la puerta para que yo salga, recojo un abrigo porque siento que después tendré frío. Y salgo mientras respondo:
—Pizza suena bien. —Me paro en seco cuando tengo el presentimiento de estar siendo observada.
Hago un escaneo con la mirada, no hay nada extraño, a parte de que aún puedo sentir como me ven, nos ven...
—¿Estás bien? —mi madre se para al lado mío y trata de buscar que es lo que estoy observando.
—Si, no pasa nada. —Ya me estoy volviendo loca, supongo que dormir no me afectaría en nada, pero será después de alimentarme.
Mi madre aún me observa extraño, como si estuviera analizando mi comportamiento.
—¿Nos vamos? —pregunto tratando de no sonar muy exigente. Recibo un asentimiento de su parte, para que poco después se acerque al auto y se adentre en este.
La pizzería se encuentra a dos cuadras, mamá dice que todos aquí tienen sus negocios familiares, y los que no, pues son totalmente independientes.
Entramos al local para comer ahí mismo.
No es algo muy llamativo, lo mantienen limpio. Una señora de tez morena nos recibe, pedimos una pizza grande mitad hawaiana y mitad pepperoni. A mamá le encanta la pizza hawaiana, a mí sinceramente no se me apetece volver a probarla.
Mientras esperamos la pizza, tengo de nuevo ese presentimiento de estar siendo observada, pero lo ignoro.
Al fondo del local, hay una pizarra de corcho y en ella hay papeles que parecen ser notas. La curiosidad me invade cuando noto un papel diferente al resto, me levanto de donde me encontraba con el pretexto de necesitar ir hacia el baño, me acerco a la pizarra y trato de leer las palabras escritas en el viejo papel, que ya a tomado un color amarillento...
"No se sabe en quién puedes confiar, no le creas ni a tu propia sombra."
—Un amigo solía decir esas palabras... —Una voz masculina suena detrás de mí. —A veces pensaba que lo decía porque desconfiaba de mí, pero después supe que no... —suelta una risita como si el hecho de decir eso le recordara alguna situación.
Me vuelvo y él deja la palabras en el aire, antes de estrecharme su mano en forma de saludo.
—Matthew Revans —Se presenta, el chico es moreno y ojos cafés, su cabello es marrón, y las facciones de su cara son maduras, como si la pubertad le hubiera pegado una buena paliza, porque he de admitir que tiene un encanto que atraería a cualquier chica. Pero no a mí.
Me presento, mi nombre es...
Hola wuenas, ¿Cómo estamos? ¿Todo bien? ¿Todo correcto? :D

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Aileen
Mystery / ThrillerAileen. Una chica la cuál fue gravemente marcada por su pasado; intenta buscar una nueva vida en otro lugar para tratar de huír de sus tormentos, mas esté la persigue a donde vaya. ¿Logrará escapar de lo que la daña? Un pueblo diferente, una chica d...