✓ Insane people || Stray Kids

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Maldita sea, todo fue un error, no soy culpable de nada.

Apenas tengo dieciocho años ¿cómo podré yo romper las reglas de los supremos dioses?

Pero nadie me cree más que mis padres, pero ellos no pueden hacer nada, los guardias de la corte pronto vendrían por mí, ¿debería escapar? ¿a dónde iría? No hay lugar oculto para ellos y los dioses, aquí en Agartha, solo ellos tienen el privilegio de la buena vida y sus favoritos.

La marca en mi cuello dolía, quería decir que estaban cerca, sabían que "había roto las reglas" pero si fueran más listos, sabrían que soy inocente, que no hice nada, no me atrevo siquiera a coger un dulce de mi madre a escondidas ¿cómo podría violar la regla del poder?

Estaba asustada, quería salir de la casa e irme lejos, enterrarme tres metro bajo tierra si es posible, era mejor que ir al área maldita.

Muchos rumores hay sobre ella, dicen que hay muchas personas inocentes aún pagando castigos que no merecen, otros dicen que está llena de  dementes los cuales merecen estarlo  por sus actos, gente loca le dicen.

Mis padres estaban conmigo en la sala esperando que llegarán los guardias, debía entregarme, no se podía hacer nada, aunque quisiera escapar me encontrarían, es mejor no luchar contra lo inevitable.

—¿Saben que yo no lo hice cierto? —pregunté una vez más a mis padres, sostuve sus manos y dí otro apretón más a cada uno, estaba nerviosa.

—Lo sabemos pequeña, sabemos que no usarías tu poder para hacer daño a otro a menos que sea para defenderte. —me consuela mi padre acariciando mi mano.

—Se fuerte hasta que se demuestre que eres inocente pequeña. —es lo que dice mi madre antes de entrar en llanto.

Tanto ellos como yo sabemos que el área maldita no es fácil.

Toques estruendosos a la puerta y el gran dolor que produce la marca en mi cuello son los que avisan que ya estaban aquí los guardias de la corte.

Mi padre se apresuró en abrirles, tres guardias con sus trajes negros entraron a la casa sin siquiera saludar. Yo me digne a levantarme de mi asiento y entregué mis manos para que las esposaran sin siquiera hablar.

Dos guardias me sacaron de casa como si fuera una asesina serial buscada por todo Agartha, mis ojos se llenaron de lágrimas, era cierto que iría al área maldita, no había duda. Un último adiós escuché de mis padres que también estaban en llanto.

Iría allí siendo inocente, cuando simplemente use mi poder para defenderme.