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Soy entrada a una gran habitación a oscuras nuevamente, si la oscuridad sin razón fuera un fetiche, estás personas lo tienen. Solo puedo ver cómo soy dirigida a una especie de silla que brinda un poco de luz, el guardia me lleva allá y hace que me siente, quita mis esposas para luego abrochar de manera rápida unas especies de seguros a mis manos y pies en cada extremo de la silla.

Estoy bastante confundida con todo esto, tenía en mente otro tipo de procedimiento para llevar a cabo este juicio.

—¿Qué se supone que hago aquí? —pregunto al guardia que no ha dicho nada más desde que salí de la ducha.

Él solo se asegura de que esté bien abrochado todo y antes de marcharse dice de manera rígida; —En unos minutos iniciará el juicio.

Entonces la puerta que había estado abierta dando un poco más de luz del exterior ha sido cerrada, la pequeña luz que brindaba mi silla ha sido apagada y ahora sí me encuentro en completa oscuridad.

Mi panza gruñe del hambre, mi cabeza duele a causa de ello y siento que quizás pueda perder la conciencia en cualquier momento. Me siento algo asustada ya que empiezan a sonar cosas a mi alrededor, se sienten pasos, demasiados, sillas moviéndose y murmullos pero no veo un carajo.

Quisiera activar una parte de mi y formar una pequeña llama más estoy sin fuerzas, sin contar que este lugar tiene que haber algo que reprima mi poder, puedo sentirlo.

De pronto la silla empieza a emitir una voz computarizada, me espanto porque lo único que hace es contar en retroceso.

—5

¿Por qué está contando?

—4

Esto me está dando miedo.

—3

Intento mover mis manos o pies mas siento mis extremidades apretadas más y más.

—2

Joder.

—1, inyectando solución.

¡¿Inyectar qué mierda?!

Siento como en algo filoso hace daño a la parte baja de mi espalda, es como el mismo infierno, es como si una jeringa gigante sea incrustada en alguna parte del cuerpo que no debería ser incrustada, el ardor del líquido es insoportable y quisiera moverme más no puedo hacerlo.

Los segundos que pasan parecen años para mí cuando siento que al fin lo que sea que me hayan puesto o inyectado me deja.

Mi cabeza empieza a dar vueltas rápidamente causándome un fuerte punzón en la parte posterior de mi cabeza que ni siquiera me deja respirar bien, siento como mi lengua se duerme tanto que no puedo si quiera formular una palabra.

No pasan cinco minutos cuando la habitación es alumbrada, la luz es tan fuerte que tengo que cerrar mis ojos con fuerza y mantenerlos cerrados por varios minutos para poder acostumbrarme.

La punzada de dolor sigue impidiéndome si quiera pensar algo coherente, mi respiración se vuelve más errática que antes y ni siquiera puedo abrir mi boca, siento como si hubiera sido sellada con algún tipo de pegamento.

Cuando abro los ojos me encuentro en el centro de la habitación, un círculo de guardias uniformados están a mi alrededor, un gran grupo de personas son sentadas en sillas de la misma forma en una cierta distancia y luego está este gran podio delante de mi, mentiría si no tiene más de 3 metros de altura, justo está sentado un hombre, pero no cualquier tipo de hombre, es un hombre alto y fuerte, no como una persona normal, a pesar de que está sentado puedo asegurar que sobrepasa toda altura que he podido presenciar en una persona. Su cabello es largo y rubio, de tez blanca casi palida parecido a un papel, lleva un traje ostentoso blanco completamente parecido al de todos a mi alrededor, una especie de reflejo rojo y blanco sale de él de manera extraña. Mira con desprecio hacia mi dirección, sabe que se ve poderoso a esa altura y este aspecto.

✓ Insane people  || Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora