No lo podía creer, él, su hermano de la infancia, aquél chico humano que se había criado como uno más de ellos, lo traicionaba por simple y pura ambición.
Pero eso, le costaría caro.
Sus alas ya no estaban, pero aquella ave que salvó serían sus nuevas alas.
Supo que gracias a su traición, pudo llegar hasta el trono, y supo también, que eso le costaría caro.
-¿Y bien?- le preguntó al joven de cabello rubio.
-No vi nada en realidad, -comenzó Clint- pero...
-¿Pero qué?- preguntó con impaciencia.
-Hay un niño, el rey y la reina tuvieron un hijo, lo presentarán, se dice que habrá una gran celebración.
-Una gran celebración por Un niño, qué maravilla.- dijo con sarcasmo.
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Las celebraciones dentro del castillo eran mahnánimas y sin embargo, eso no molestaba ni mucho menos, lograban despertar al bebé dentro de la hermosa cuna de oro y madera de cedro.
Cuando la última hada del páramo estaba por bendecir al bebé con su último don, una ventisca terrible junto a un enorme estruendo se escuchó en la entrada, con el fuerte sonido de las puertas chocar contra las paredes.
Una figura erguida, imponente y oscura, caminó entre la muchedumbre que se hallaba ahí reunida.
-Vaya, vaya. Qué reunión tan espléndida, -dijo el hombre una vez que llegó hasta estar frente a los reyes.- rey Howard.
El hombre envuelto en ropas negras y lustrosas, se apoyó sobre su bastón, acariciando a su halcón que se posaba en la punta de éste.
-La realeza, la nobleza y la plebe,- enumeró burlonamente.- qué singular, la gentuza también.
Eso último hacía mención hacia las tres hadas que se resguardaban a un lado de la cuna.
-Admito que...- comenzó hablar de nuevo, paseando su mirada por el lugar,- quizá me desconcertó, el no recibir invitación.
-No eres bienvenido.- exclamó el rey viéndolo fijamente.
El otro, mostró una cara sorprendida, que luego cambió a una de fingida tristeza, para terminar con una risa sardónica.
-Ay no, -se lamentó.- qué embarazosa situación.
-¿No se ofendió?- preguntó la hermosa mujer rubia, al lado del castaño con la preocupación tiñendo sus palabras.
María Carbonell, ahora Stark, no sabía con quién se había casado. Pobre de ella, en verdad la compadecía.
-Claro que no.-respondió el hombre.- Y en haras de mostrar que no hay rencores, con gusto le ofreceré un don al niño.
-¡No! - exclamó el rey levantándose de su silla.- No queremos tus dones.
El hombre vestido de negro, lanzó una mirada furiosa al castaño, haciendo que éste se quedara estático en su lugar.
Caminó hacia la cuna, e inclinó la cabeza hacia la criatura. El bebé, con sus hermosos y pequeños rizos castaños, miró al más alto con sus preciosos ojos cafés y largas pestañas.
-Ahora todos escuchen esto,- comenzó el hombre, moviendo sus manos de donde salía una bruma rojiza.- el príncipe crecerá dotado de gracia y belleza, quien lo conozca lo amará.
-Es un hermoso don.- interrumpió la reina.
El rubio, la miró un segundo antes de volver a centrarse en el bebé.
-No lo hagas.- susurró Howard viendo el brillo perverso danzar libremente en los ojos azules.
Ante eso, los ojos antes claros, se permearon de color rojo.
-Pero,- retomó la palabra. Su voz, se escuchaba superpuesta con otras, unas susurraban lo que decía como coro, y otra, como si fuera un tono barítono, grave. - al cumplir los 16 años, antes de que el sol se ponga, ¡se pinchará el dedo con la aguja de una rueca y se sumirá en un sueño de muerte eterno! ¡Un sueño del que él jamás despertará!
-Steve, basta por favor. No lo hagas. Te lo imploro. - dijo el rey impotente, con miedo de acercarse al rubio de ojos carmín.
Steve sonrió de manera tenebrosa, sabiéndose ganador en esa lucha, donde ahora era él quien tenía la ventaja y el castaño, a quien una vez consideró su hermano, su mejor amigo y quien lo traicionó estaba en desventaja.
-Me gusta que imploren. - comentó burlón, viendo hacia abajo, dejando clara cuál era su intención.
Howard, muy a su pesar, tuvo que arrodillarse ante el ser mágico, deteniendo a su esposa de hacer lo mismo, pues sabía que eso era en contra de él.
-Te escucho.- dijo Steve una vez que le gustó la forma tan deplorable en la que se veía Howard enfrente de todo su séquito y el pueblo entero.
-Te lo imploro.- habló el rey de manera dificultosa, quedando en claro que aquello no había sido nada fácil de decir.
-Tú ganas.- dijo el rubio sonriendo. - el príncipe sí despertará de su inmortal sueño, pero sólo con un beso... de amor verdadero. ¡El hechizo durará hasta el final de los tiempos, no hay poder en la tierra que lo altere!
Tras eso último un fuerte viento se arremolinó entre todos los presentes, haciendo eco a las palabras siguientes del rubio.
-Te dije que pagarías por lo que nos hiciste Stark.
Su risa lo acompañó hasta que su figura se perdió en la distancia.
¿CONTINUARÁ (x2)? 😅🤦
*ACLARACIÓN MUY IMPORTANTE: NO es un Howard x Steve. Aquí, Howard se crió con lao seres del prado y luego su ambición creció tanto que se regresó con los humanos, llegando a desear el imponente castillo que él creía merecía. Howard claramente, para obtener eso, traicionó a su familia (Steve y los demás) para lograrlo.
Steve lo considera su HERMANO, no pareja sentimental ni nada. Sé que esto no los y las detendrá para verlo como shipp, pero yo no lo veo así*
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Marvel's Stories for Halloween
Nouvelles¿Te has imaginado cómo serían algunas películas de Disney en la versión Marvel? Pues aquí encontrarás algo de eso. Escritos hechos por la festividad de Halloween. Adaptaciones. -Las historias dr Disney no me pertenecen. -Los personajes de Marvel no...