La familia O ' donnel

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Vale, no os voy a decir que no. Mi supuesto prometido estaba jodidamente bueno y tenía pasta. Pero yo aún seguía fulminándolo con la mirada. Sus ojos azul pálido me miraban divertidos al reconocerme.

La mujer que estaba a su lado, que debía ser su madre por su gran parecido, se adelantó un paso con una sonrisa amable.

- Roger, un gusto volver a verte.- le dijo a mi padre, y luego se giró hacia mí.- Tú debes de ser Zalia, que mayor estás desde la última vez que te vi, y que guapa estás.

Yo sonreí cortésmente en forma de respuesta aunque yo no había visto en mi vida a esta vieja chocha. La mujer tenía el mismo pelo negro que le chico y el mismo tono de ojos. El padre simplemente estuvo quieto y silencioso, observando como su mujer parloteaba alegremente con mis padres.

-Hmm... Zalia, os dejamos aquí para que os conozcáis un poco mejor mientras nosotros vamos a hablar de unos asuntos.-me dijo mi madre nerviosamente. Menos mal que era ella la que estaba nerviosa, y no yo, que me acabo de enterar que estoy prometida con un chico que no conozco.

Mis padres y los padres del chico se fueron del salón dejándonos a mi "prometido", a Kyle y a mí solos. Un silencio incómodo se apoderó del salón nada más se fueron, y nosotros tres nos miramos entre nosotros sin saber qué decir. El chico de pelo negro se quedó observando a mi hermano un rato más de lo normal, y por un momento, pensé que era gay ya que mi hermano también estaba muy bueno.

Luego cambió su mirada hacia mí y las esquinas de sus labios se elevaron en una sonrisa egocéntrica. Mi hermano y yo nos miramos entre nosotros compartiendo una mirada de : ¿Este es subnormal o qué le pasa?

- Me llamo Ayden.- nos dijo como si hubiera estado pensando mucho lo que iba a decir y estuviera orgulloso de haber dicho eso.

Vaya, un nombre sensual, pensé.

- ¿Y a mí qué? - dijo mi hermano bruscamente.

- Oh, a ti nada.- contestó Ayden.- Todo para la señorita aquí presente.- me guiñó un ojo pícaramente.

Mi hermano y yo gruñimos a la vez, pero a él parecía importarle una mierda mientras se sentaba en un sillón de cuero enfrente nuestro.

- Supongo que sabrás por qué estoy aquí...- empezó él diciendo ignorando la mirada fulminante de Kyle.

- Pues la verdad, es que me lo han dicho cinco minutos antes de que aparecieras, así que aún lo estoy procesando...- contesté fríamente.

- Te llamas Zalia, ¿verdad?- preguntó él como sí le importara la mismísima mierda.

- Es un detalle que te sepas el nombre de tu prometida. - le contesté irónicamente.

- Gracias.- él sonrió ampliamente.

- Mm... Voy a por un vaso de agua, esto se está poniendo un poco incómodo.- murmuró mi hermano Kyle, y supe que en el momento en el que pusiera un pie fuera del salón, ya no volvería. Me iba a dejar sola con un pedófilo sexy. Será capullo.

- Así que nos quedamos tú y yo solos, muñeca.

- Eh...Creo que yo también voy a por un vaso de agua.

Me levanté rápidamente del sillón para escaquearme, pero se ve que Ayden no era tan tonto como parecía. Con un movimiento rápido me agarró de la cintura y me acercó al él.

- Tú no te vas a ningún lado.- me susurró cerca de mi oído logrando que me estremeciera. Yo le pegué un codazo en la barriga, pero me terminé haciendo yo más daño porque la tenía muy musculada.

- Yo me voy a donde quiero y cuando quiero.- dije intentando zafarme de su fuerte agarre.

Él me tomó de las muñecas obligándome a mirarlo a los ojos, que eran de un azul claro, casi grises.

- Mira, sé que no te quieres prometer conmigo ni con nadie. Créeme, yo tampoco quiero. Soy una alma libre y siempre lo seré.- me dijo devolviéndome la mirada intensamente.- Aún somos muy jóvenes para prometernos y nuestros padres no nos pueden obligar. Simplemente quieren que pasemos tiempo juntos para que al final accedamos nosotros a prometernos; lo que no es muy difícil, ya que cada chica que pasa conmigo más de una hora se acaba enamorando de mí.- dijo egocéntricamente.

- Me das asco. ¿Sabes? Tengo novio y odio los chicos cómo tú.

- ¿ Quién ha dicho que yo esté interesado en ti?- preguntó entrecerrando los ojos- Tengo un montón de chicas mejores que tú haciendo cola para estar conmigo. Y, además, tú eres una enana.

Él parecía tener la edad de mi hermano, o sea, tres años más que yo.Lo admito,eso hirió mi orgullo. Ayden 1- Zalia 0

- ¿ Perdón?

- Que eres una enana.

- ¿Me lo dices a mí o te la estás mirando ?

Ayden 1 - Zalia 1000

- Eres una falsa.- me dijo y casi le escupo en su perfecto rostro- Por fuera intentas aparentar ser una rebelde, pero por dentro no eres más que una pija presumida que sólo quiere llamar la atención.

Ya no puedo ni contar cuántos puntos llevaba Ayden.

- Eres un mentiroso.- le dije con los ojos llorosos, porque eso , en verdad, me había ofendido.

Él pareció un poco arrepentido al ver que sus palabras me habían afectado, así que me lancé encima de él tirándonos los dos al suelo porque no se lo esperaba. Cuando pierdes en la pelea verbal, hay que recurrir a la violencia. Además, tengo la ventaja de que los chicos no pegan a las chicas.

Caí yo encima de él y le empecé a pegar puñetazos en cada hueco libre que encontraba de su cuerpo. Él lo único que podía hacer era defenderse como podía, aunque no parecía que le estuviera haciendo mucho daño.

- Hola, chicos...- entró mi hermano al salón con un vaso de agua y se calló al vernos. Dio media vuelta y se fue por donde había venido tarareando:- Yo no he visto nada, la la la la la, no he visto nada de nada, la la la la...

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Media hora después estábamos todos sentados en la larga mesa del comedor comiendo un filete que estaba casi tan bueno como Ayden.

- Esto está muy rico, Hillary.- le dijo la señora O'donnel a mi madre sonriendo amablemente.

- Cierto.- Era la primera palabra que escuchaba del padre de Ayden. Era como si estuviera presente pero a la vez, no.

- Oh, muchas gracias.- les dijo mi madre con una sonrisa falsa.

Casi me dan ganas de vomitar de lo educado y cortés que era todo. Ayden, sentado en frente mío, me miraba con una sonrisa ladeada. Yo le puse una mueca y me giré hacia otro lado y me topé, nada más y nada menos, con los pelos de la nariz del señor O'donnel. Casi vomito de verdad.

Terminamos de comer y, afortunadamente, los O'donnel se tenían que marchar. Los acompañamos hasta la puerta para despedirlos con dos besos a cada uno, excepto a Ayden, claro, que sólo le dediqué un gesto bonito con mi mano cuando mis padres no miraban.

Después de eso, la paz volvió a la casa de los Bennett. Bueno, toda la paz que se puede tener con una Zalia enojada con su hermano por no separar a ella y a su prometido cuando se estaban pegando puñetazos en el suelo.

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Hola de nuevo!!

Aquí Gema, Paula y Sara con un nuevo capítulo de Trato hecho. Espero que os guste. Os agradeceríamos mucho un voto o comentario ya que es el principio y necesitamos un poco de apoyo.

Foto de Ayden al principio

Se despiden atentamente,

FangirlsPGS

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