Una tregua y un trato

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- ¿¡Qué!? -pregunté abriendo los ojos por la sorpresa- ¿Ayden tiene un hermano?

- Bueno, eso parece.- me dijo con una sonrisa divertida al ver mi reacción- Ven, pasa adentro. Que sino, te van a reñir.

Ahí es cuando más me soprendí. ¿A Alan le importaba si me regañaban o no? Si hubiera sido Ayden, me habría cerrado la puerta en la cara adrede para que me regañaran y él estaría tan tranquilo. Pero al parecer, su hermano era más amable y pensaba más en los demás, no como Ayden (él solo tiene tiempo para sí mismo).

Entramos a casa y busqué con la mirada a Ayden, pero no lo encontré. Sólo vi a los cuatro adultos en el salón, riendo, mientras tomaban un café y a mi hermano tumbado en un sofá mirando la pantalla de su móvil.

- Hola Kyle.- le saludé sentándome en un sillón enfrente suyo mientras Alan se sentaba a mi lado. Kyle no se molestó en contestarme.- ¿Hola? ¿Tierra llamando a Kyle?

- En estos momentos Kyle no se encuentra disponible. Por favor, deje su mensaje. Piiiiip. - contestó con voz monótona sin levantar su mirada del móvil.

- Idiota.- murmuré y luego me giré hacia Alan.- ¿ Y Ayden?

- Ni idea.- respondió encogiendose de hombros- Supongo que llegará más tarde, siempre lo hace. La verdad, no estaba muy entusiasmado de venir aquí. No sé por qué, a mí me has parecido una chica genial,los minutos que llevo contigo.

Me ruboricé. No me esperaba ningún halago de un chico que acababa de conocer, y menos si era hermano de Ayden.

- Gracias. Tú también me caes bien, mucho mejor que tu hermano.- le contesté.- Y yo tampoco tengo ganas de ver a Ayden, para que quede claro.

- Te entiendo.- dijo revolviendose el pelo, gesto que hizo que pareciera aún más sexy .

- ¿ Os lleváis mal?

Él asintió con un gesto despreocupado. La verdad, los hermanos casi nunca se llevan bien, así que no me debería de extrañar. Lo que pasa, es que yo con mis hermanos me llevo genial, pero es porque entre los tres nos unimos contra nuestros padres. Había pensado que al ser dos chicos extremadamente calientes se llevarían bien, pero, si Ayden fuera mi hermano, yo tampoco me llevaría bien con él.

- ¿ Sabes jugar al juego de las diez preguntas?- me preguntó con una sonrisita traviesa.

- No.- pregunté curiosa.- ¿De qué trata?

Al parecer, el juego de las diez preguntas era muy simple. Se jugaba cuando acababas de conocer a alguien y querías saber más de él, así que tenías la oportunidad de hacerle diez preguntas y el otro tenía que responderte con la verdad.

- Acepto.- le dije ya que el juego parecía interesante.

Pasamos un cuarto de hora entero preguntándonos. Descubrí bastantes cosas sobre Alan: su color favorito era el naranja, su animal preferido era Ayden... También descubrí que tenía una personalidad más amable y divertida de su hermano, y que se llevaba cuatro años con él, por lo que yo era un año más mayor que Alan.

- Vale- me dijo sonriendo abiertamente- la última pregunta de cada uno. ¿ Qué es lo que más te gusta hacer?

- Esa es fácil.- respondí rápidamente.- Adoro tocar el piano y cantar.

- ¿ Tú?- preguntó elevando una ceja- ¿Cantar? ¿Tocar el piano?

- Sep. Toco el piano desde que tengo cuatro años y compongo mis propias canciones cuando me aburro. - me pensé la pregunta que me tocaba hacer- ¿Cuál es tu mayor duda, que te da vergüenza preguntar por no quedar como un imbécil?

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2014 ⏰

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