15. El oráculo de Erdia, la viajera y el espíritu cósmico

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El oráculo de Erdia, la viajera y el espíritu cósmico

La oscuridad que los envolvía era espesa, casi pesada sobre sus hombros. Y la anticipación ante que cualquier cosa mala fuera a suceder estaba a la orden del día, Levi había pensado lo peor cuando vio a Eragon levantarse repentinamente y luego la puerta siendo abierta de forma brusca. Creyó que más espectros rojos o esqueletos blancos venían por ellos, desde luego, cuando se dio cuenta de que las tres figuras pertenecían a humanos, se sintió reconfortado.

Sin embargo, ese sentimiento no se mantuvo por mucho tiempo, porque entonces, una de ellas había dado un par de pasos hacia ellos, haciendo que la madera crujiera con su peso y habló. No era una voz aterradora, ni mucho menos amenazante, a Levi le dio la sensación de que en la voz había más de alivio y menos de burla como la había hecho sonar en un principio. Sus alarmas se encendieron cuando sintió a Eren ponerse completamente rígido, su respiración contenida y poniendo a Levi detrás de él como si tratara de protegerlo de algo horrible.

Después de varios segundos de tenso y cortante silencio, la figura encapuchada del hombre volvió dar otro paso hacia ellos y nuevamente se animó en hablar.

—Estás muy lejos de la bahía— Exclamó cuando de repente, una luz de un rosa pálido iluminó toda la cabaña, revelando unos ojos tan azules como el mar en plena tormenta, entonces el hombre agregó:— ¿No te parece, hermanito?

Ahora los ojos grises de Levi se enfocaron en la parte trasera de la nuca de Eren, como esperando a que este en cualquier momento volteara y le explicara qué demonios había querido decir éste hombre con hermanito. No parecía ser correcto, ellos simplemente no tenían ningún rasgo en común, fuera de aquella expresión de hermetismo que había caracterizado a Eren durante mucho tiempo. Pero el castaño no se giró para explicar nada, claro que no. Éste no parecía ser el momento adecuado para ello.

Primero tendrían que ver lo qué pasaría aquí y ahora, más tarde vendrían las explicaciones. Cuando se libraran de esto, si es que era algo malo.

—Lo mismo podría decir de ti, hermano— Dijo a cambio Eren, casi escupiendo la palabra hermano.— ¿Pensé que La Orden no permitía que ustedes se mezclaran demasiado con los ordinarios?

—Se nos permite intervenir en ocasiones especiales— Concedió el hombre rubio, una falsa mueca reflexiva en su rostro.— Y ésta en particular lo ameritaba. Isabel nos ha estado causando problemas con Nórdian. Hace una semana trató de robar un par de manzanas de los huertos del Smultronställe. Los elfos estaban furiosos.

Eren tarareó, parecía un poco irritado con las nuevas noticias pero no sorprendido y Levi no entendía ni la mitad de lo que ellos estaban hablando. Sabía que Isabel era un ser... extravagante y que el lugar de donde ella y Eren venían, se regía por reglas y leyes absolutamente distintas a las que regían Hollow Blair ¿Pero que se alteraran demasiado por el hurto de un par de manzanas? Bueno, eso sonaba ridículo para el menor de los Ackerman. Además, ¿acaba de mencionar a los elfos? ¿No se suponía que eran deidades mitológicas? Aunque a éstas alturas, Levi ya no se sorprendería si le dijeran que los dragones también eran reales, lo cual, era una posibilidad en potencia.

—¿Sólo por un par de manzanas doradas?— Cuestionó Eren y Levi casi podía apostar que tenía una ceja inquisitiva levantada.— La Orden nunca se había puesto tan nerviosa a causa de Madame Escarlata, ni siquiera por sus peores crímenes.

—Devastó a la mitad de los habitantes de una villa llamada Nueva Habusimbel— Aclaró con seriedad el otro hombre.— Y el rey de Nórdian ha exigido que Isabel sea llevada de inmediato para que pague por sus crímenes.

After lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora