Fetiche

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La cama rechina con violencia. Sus uñas se enterraban más en mi piel, me dolía que sin pensarlo arroje un golpe a su rostro rompiéndole el labio inferior, su piel blanca con rojo me derrotan, lamí su sangre escurriendo desde su barbilla hasta sus húmedos labios, besaba con pasión y salvajismo a mí acompañante, sus caderas moviéndose en círculos mientras todo pene estaba dentro suyo, me volvían loco.
Con brusquedad me separé del beso, lo tome y lo arroje boca abajo a la cama, hundí sin un gramo de delicadeza su cara en la almohada casi asfixiandole. Ví su hermosa espalda blanca sin teñidos y con mis uñas traze líneas que iban haciendo un camino de sangre, gemidos de placer y dolor salían de su boca que eran sofocados por la almohada, rasgue con más fuerza al terminar para después lamer las heridas que yo mismo había provocado. Mordí sus suaves glúteos para luego dar una estocada brusca y entre, di varias embestidas seguidas sin calma, llegando al punto G masculino de mí amante.

Cada día era así, peleaamos por cualquier tontería, arrojamos cosas o nos golpeamos entre sí para luego besarnos con pasión y acabar teniendo sexo de una forma muy brusca y salvaje.

Recuerdo que cuando era más joven, nada me prendía hasta hubo una chica que me dijo impotente por no darle lo que ella deseaba. Pero mi forma de querer tener relaciones no era convencional ni muy ética al contrario con la mayoría de chicas con las que intente tener algo salían llorando o indignadas, no podía controlar el impulso de verlas sangrar o golpearlas con fuerza. Hasta que llegó él y quien ahora se encuentra durmiendo plácidamente junto a mí.

Ví su rostro entre la penumbra de la noche, su pálido rostro combinado con tonos violeta y marrón eran cubiertos por su fino cabello blanco, aparte estos con mis dedos para verlo mejor, dezlise mi mano desde sus mechones, pasando por su mejilla hasta llegar a sus labios color durazno que acaricie con mi dedo pulgar.

Oí un quejido de parte de él y de inmediato aparte mi mano. Siempre le preguntaba si estaba bien tratarlo como lo trataba, el cada día respondía lo mismo "No me importa mientras seas tú"

Abusó (GonkilluGon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora