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-Te lo agradezco mucho cariño.
Agradeció la mujer de negros cabellos y ojos azules. La menor sonrió comprensiva.
La mujer mayor negó con la cabeza y caminó hacia la puerta, con su pareja siguiéndole los pasos.
-No agradezca Señora Frost, no será molestia para mi cuidar a su pequeño, soy muy paciente con los niños.
-Eso lo sé, tu madre me habló maravillas de ti cariño, no dudo que harás un excelente trabajo con mi pequeño Alfa. - la mujer poseía un aroma a cerezas.
Elsa se sobresaltó.
-¿Acaso ha dicho Alfa? - preguntó sorprendida, recibiendo risas de la pareja mayor.
-Olvidé mencionartelo, nuestro pequeño se acaba de presentar como Alfa hace unas cuantas semanas, tuvimos que apartarlo de la escuela unos días en lo que se terminaban los síntomas, ahora él se encuentra bien. Aún no puede distinguir nuestros olores, de hecho su maestra del colegio nos ha dicho que su alfa aún es un pequeño cachorro, por lo que su sentido del olfato llegará en unos meses, aún falta para que eso suceda, por ahora él solo puede distinguir aromas comunes, una tarta, alguna flatulencia tal vez - dijo riendo burlonamente, su pareja sólo negó con la cabeza divertido.
Elsa asintió nerviosa, riendo entredientes, procesando toda esa nueva información.
-Puede que Jack esté algo irritante pero confió en que lograrás estabilizarlo. - Musitó ésta vez él Señor Frost saliendo de la casa para después empezar a dirigirse a su auto. - ah, y Jack aún no tiene aroma, así que no te preocupes.
Él Señor Frost, un Alfa de 37 años, de ojos azules y cabello rubio, su piel era pálida y era delgado, olfateó un poco y percibió un olor a anís, era de él. algo que le llamó la atención, fue que al hombre, él cansancio se notaba bajo sus ojos, ¿Tan travieso e hiperactivo era él hijo de los Frost?
-Claro, tendré todo bajo control Señores Frost, ustedes diviertanse - exclamó despidiéndose de los mayores, movió su mano en él aire, hasta que vio al auto desaparecer de su vista, entre la oscuridad y la fría noche.
Suspiró y se dio la vuelta para encaminarse a la casa, pero algo captó su atención, una capa de luz amarilla sobresaliendo de una ventanas del segundo piso, así que el pequeño Alfa seguía despierto.
Negó con la cabeza y se dirigió a la entrada del hogar, sobando sus brazos debido al fuerte frío que hacia afuera. Soltó un quejido de satisfacción al sentir él cálido ambiente del hogar, era un calor abrazador. Sin ser consciente, comenzó a soltar feromonas. Se quedó unos segundos así hasta que sintió una extraña sensación de sentirse observada. Abrió los ojos y su vista cayó en un pequeño niño de pie en él ultimo escalón de la escalera.
Él chico era de cabellos blancos, un tono canoso muy extraño, su piel era increíblemente pálida, sus ojos eran de un azul, penetrantes y con un brillo inusual, su mirada no poseía nada mas que dominación, ¿Cómo un cachorro podía poseer ese tipo de poder en las personas?. Él chico llevaba puesta una camisa azul marino con rayas horizontales blancas, y también unos pantalones cortos de color negro, combinado con unas converse blancas.
