Dos

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Capítulo dos.



Solamente faltaba la clase de educación física, la cual comenzaba dentro de una hora, para que el día finalizará.

Eso nos daba un periodo de tiempo para poder almorzar y después encaminarnos al gimnasio, por esa razón, con Mara decidimos ir a sentarnos a una de las mesas del patio a comer, donde a los minutos se nos unió Blas con una bolsa de papas fritas.

Por mi lado, yo había llevado dos pedazos de tarta que habían sobrado de anoche, sabiendo que una de ellas iba a ser devorada por Blas en cuanto la viera.

—Yo no sé cómo todavía no te moriste de colesterol alto—le dijo Mara a Blas.

Tenía la certeza de que esto iba a dar inicio a nueva pelea entre ellos y antes de qué pueda ser la intermediaria, Blas hablo.

—Porque tengo un buen corazón—le contestó, esperando una respuesta de parte de ella, pero al no decir nada continuó—, en todos los sentidos—le guiñó un ojo.

Ella le resto importancia, como si nunca hubiera dicho algo, y se dedicó a pelar una naranja.

Me sorprendió la actitud de Mara pero por un lado estaba agradecida de no tener que soportarlos pelear.

Sin embargo, Blas hizo algo que perfectamente daría origen a una cruzada de palabras entre ellos, volvió a meter la mano en el paquete, mirando atentamente a Mara, mientras ella lo miraba desafiante, esperando a que él hiciera lo que estaba pensando.

Sin perder mucho tiempo, se metió un gran puñado de papas a la boca y las empezó a masticar exageradamente, con la boca a abierta, mostrando como la comida era triturada por sus dientes.

—¡¿No te das cuenta la tremenda asquerosidad que estas haciendo?!—chilló Mara, con cara de repugnancia.

Yo solamente observaba hasta donde iba a llegar Blas porque sabía perfectamente que si me metía, igual me iban a ignorar y ellos iban a seguir discutiendo.

—¿Qué cosa?—preguntó, haciéndose el desentendido.—¿Esto?—volvió a preguntar, para luego empezar a chuparse los dedos, uno por uno, logrando un sonido luego de sacar cada dedo.

Mara miraba a Blas asqueada, ella odiaba que las personas no supieran comer correctamente y él lo sabía.

Por otra parte, a mi se me escapó una inconsciente risa por lo bajo.

—¡¿Y vos por qué le festejas sus vulgaridades?! A ver si dejas de ser una idiota como él—exclamó enojada.

Al darme cuenta de lo que acaba de hacer, baje mi cabeza avergonzada y busque mi mochila debajo de la mesa para sacar mi tupper con comida.

Admito que Mara enojada me daba miedo, la vi muy pocas veces en ese estado y fue lo peor, por eso mientras más pueda evitarlo mejor.

—Tranquila fiera, que esto es entre nosotros dos—dijo Blas, ya más decente.

—Yo no entiendo porqué todavía me seguís dirigiendo la palabra, así que andate porque me hartaste—respondió fríamente.

La forma en la que se dirigió hacia Blas logró que un escalofrío atravesará todo mi cuerpo, debido a que si él le hacía caso y me dejaba sola, eso significaba que cualquier cosa que yo dijera o hiciera, Mara lo utilizaría para sacarse la bronca acumulada conmigo.

Era en estos momentos en los que el miedo me ganaba y no podía tener el valor suficiente de levantar la cabeza y decirle a Blas que quería irme con él, porque era consciente de que aquello —más adelante—, traería consecuencias.

Aceptación [Wos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora