Cuatro

330 32 35
                                    


Capítulo cuatro.


El silencio que se generó con su aparición me incómodo de una manera inexplicable, y como si eso fuera poco, se posaron sobre mi varias miradas insistentes esperando a que respondiera al comentario anterior, pero lo que hice en respuesta fue agachar la cabeza sin encontrar una forma de enfrentar la situación.

—¿Qué te haces el galán con mi amiga, Oliva? Si seguro terminas sentado en el banco dando vergüenza como de costumbre—rompió el silencio Blas, originando risas provenientes del grupo de amigos.

Por mi parte, me paré de la silla donde estaba sentada con la idea de escapar cuanto antes del lugar, decidiendo al mismo tiempo que era buen momento para buscar a Mara entre la multitud.

A pesar de todo, como yo nunca puedo salir victoriosa de las situaciones incómodas, casi caí seca al piso ya que una de mis sandalias se quedó clavada en el pasto logrando que me doble el pie. Aunque gracias a la ayuda de unos brazos bastante resistentes impidieron que hiciera el ridículo como siempre.

—¿Estas bien, Nina?—preguntó Valentín, cerca de mi oído.

—Sí, gracias—agradecí inconscientemente, ya que mi cuerpo quedo en estado de shock debido a su toque, causando así una corriente eléctrica que sacudió todo mi sistema.

—¿Estas segura? ¿Queres que te lleve a upa así te reviso?—preguntó, como si estuviese preocupado—Mira que ese dolor en el tobillo puede ser un esguince, ¿Qué hago si no me podes ver el domingo?—inquirió nuevamente elevando la voz un poco, sé que esto último lo dijo en tono alto para que escucharan los espectadores silenciosos que teníamos a nuestras espaldas—No puedo permitir eso.

Me sentía muy avergonzada en estos momentos como para mirar detrás nuestro así que sólo me dediqué a responderle.

—Voy a estar bien, en serio—afirme, mirándolo fijamente para darle seguridad ya que mis palabras sonaron un poco vacilantes.

Sin embargo, cruzar miradas fue un grave error ya que sus maravillosos ojos iluminados por la poca luz de luna, hicieron temblar mis piernas como si éstas olvidarán de que manera mantenerse firmes en el suelo.

—¿Sabes qué? No me importa, hasta que no lo compruebe yo mismo, no voy a creer en tu recuperación rápida—finalizó seguro de si mismo, pero hizo algo que no lo esperaba nadie.

Se agachó un poco y me levantó en sus brazos, como si no pesará nada, y yo inconscientemente crucé mis brazos en su cuello para buscar estabilidad, ocasionando que nuestras caras estuvieran sólo a unos pocos centímetros; como pude trate de salir del trance y entender qué estaba sucediendo ya que el castaño había comenzado a caminar.

—¡¿Qué haces, Valentín?!—pregunté alterada.

Detrás nuestro, el grupo de conocidos comenzó a gritar efusivamente y yo solamente dirigí mi mirada a Blas pidiéndole ayuda, sin embargo, como tengo un amigo traidor, solamente me guiñó un ojo mientras se dedicaba a alentarnos para que nos fuéramos lejos y que no volviéramos por un rato.

—Me pone contento que sepas mi nombre—destacó Valentín unos segundos después, sonriendo.

—Como no voy a saber tu nombre si...

La frase quedo a medio completar a causa de que una brisa fresca que cruzaba en ese instante de la noche ocasionó que mi mente se perdiera en su olor. El olor dulce de la colonia varonil que este individuo emanaba se asemejaba a un sentimiento de comodidad absoluta. Era ese tipo de aroma que te producía ganas de bailar descalza en casa mientras disfrutas del sonido de tu canción favorita a todo volumen.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 17, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Aceptación [Wos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora