Me despierto por el rayo de luz que se cuela en las cortinas, me estiro y al destaparme se caen miles de artilugios al piso... ni siquiera recordaba que estuviesen ahí.
Camino hasta el refrigerador, tropiezo con cada objeto empolvado que descansa en el suelo, hasta llegar a mi objetivo.
Busco un poco de leche y me sorprendo al ver que no queda ni gota, dejo el recipiente abandonado junto a otros más y busco en la despensa algo de cereal, abro la última caja y me encamino hasta mi habitación para encender mi ordenador.
Me siento con tranquilidad, despejo el escritorio tirando al suelo todo lo que sobra y comienzo mi gran tarea del día con emoción: jugar Minecraf.
Hace un mes que se declaró la cuarentena, estoy llevando bien la soledad del hogar, nada me podría ir mejor, como cuando y cuanto quiero, ando semidesnuda por casa y hace días no me baño... ¡Qué más podría pedir!
—A quien quiero engañar, ¡extraño a mi familia!, los muy descarados me dejaron sola—digo en voz baja sollozando —. Y para rematar me he vuelto loca, ahora hasta hago monólogos, esto es nuevo—centro mi atención en la pantalla y sigo jugando.
Flash Back
Hace un mes:
—Lili, nos vamos—anuncia mi mamá desde la puerta, salgo con desgana de mi cuarto y me encamino a despedir a mis padres y mi hermano.
—¿Segura que estarás bien? El abuelo tenía ganas de verte—pregunta mi mamá preocupada.
—Tranquila mamá, ya estoy bastante grande, sé cuidarme sola.
—Está bien—me da un beso en la mejilla, mi papá me dice adiós desde el coche y mi hermano que salía de último me restriega el pelo.
—Nos vemos enana—me dice sonriendo.
—¡Andrés!—le grito enfadada, se sube en el carro y los veo marcharse desde el umbral de la puerta.
Vuelvo a entrar a la casa, pongo el pestillo y comienzo a ordenar mi habitación, dejo mi teléfono en cualquier parte y comienzo ha hacer mis deberes escolares, me baño, recaliento la comida que me dejó preparada mamá y me hago una limpieza de cutis con mascarillas de aceite.
Enciendo la televisión y no encuentro nada que me interese lo suficiente así que cambio de canales sin pensar, y, antes de apagar el televisor veo una noticia que me hiela la sangre.
—Lamentamos informar que el primer caso de la Covid 19 ha sido detectado, por lo cual el país declara: Situación de Alerta, mantenganse informado, para más noticias...—apago la tele, es sólo un caso, no es tan grave, me encaminó hacia mi habitación, pongo play a mi lista de música: Good Sleep y me acuesto a dormir.
Seguí disfrutando de mi fin de semana como siempre, incluso preparé la ropa de la próxima semana, repasé mi blog de notas, me pinte las uñas, me lave el pelo... lo normal.
El domingo comencé a preocuparme al ver que mis padres no regresaban, a las ocho de la noche, busque mi teléfono que llevaba guardado todo el fin de semana, pues las reglas de casa me prohíben usarlo(mi papa cree que me pueden lavar el cerebro o me vigilan por la cámara), lo encendí y le marque a mi madre... Un tono, dos y enseguida contestó.
—Mamá, ¿se les rompió el carro o algo?
—Lili mi vida te he estado llamando y mandándote mensajes al what's up y tu no te enteras, ¿para que tienes teléfono?
—Mama te recuerdo que papa nos prohíbe usar el móvil durante los fines de semana, si necesitabas algo podías haberme llamado al fijo.
—Las líneas están saturadas, ha sido imposible.
—Pero ¿qué pasó?, tiene que ser urgente para que todos quieren llamar por teléfono.
—¿No has visto las noticias?
—No, ¿por qué?
—Siéntate y enciende el televisor, por favor no cuelgues que...
—Mama no me asustes, ¿qué pasó?
—Enciende la tele y entenderás.
Enciendo el televisor con desgana y las palabras del ministro de salud resuenan una y otra vez en mi cabeza.
—Ya son 536 casos confirmados, la covid es una enfermedad diferente a otras, su trasmisión es muy fácil, los convocamos al aislamiento social, por lo que se han cerrado las carreteras, el transporte público, TODOS los sectores están detenidos de momento, por favor mantengase informado y—no pude escuchar más nada, entré en un choque postraumático, no entendía nada.
—Lili, Lili, ¡Lili!—una voz fuerte y clara me devolvió a la realidad.
—Si, ¿papa?
—Escúchame, no sabemos cuánto tiempo puede tardar esta situación, pero tienes que ser fuerte, nosotros no podemos salir de aquí.
—Pero yo sola, ¿aquí?, ¿Qué voy ha hacer?
—Tu ya tienes 18 años, eres mayor de edad y no es que seas muy dependendiente, ¿tú no dijiste que te sabías cuidar sola?—oigo la voz de mi mama al fondo.
—No creo que sea momento para andar con sarcasmos Alberto—oigo su voz más clara—. Mi niña confiamos en ti, pronto estaremos juntos de nuevo.
—¿Pero qué voy a comer? Y la escuela.
—Aún no has entendido, todo está cerrado, se cesan las actividades... Recuerdas las cajas de ramen que te ganaste en el torneo ese...
—¿El torneo de dota?
—Sí, ese mismo; están en el almacén, ahí tienes lo necesario... es una reserva, para nosotros cuatro alcanzaría para tres meses pero ya que eres tu sola podrías mantenerte bien por un año.
—¿Un año?
—En el peor de los casos...
—Pero, ¿qué voy ha hacer?
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Sobrellevando la cuarentena
HumorLili por azahares del destino se ha quedado sola en casa durante la cuarentena, entre el pánico, el hambre y el encierro decide cumplí uno de sus sueños. Acompañenme en este viaje desenfrenado lleno de emociones, locura y creatividad. Esta historia...