Until I See You Again - GTOP

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- Entonces Jiyong, ¿qué quieres hacer en tu luna de miel? - En cuánto Hyorin terminó la pregunta, el hermoso Jiyong en traje blanco lanzó un pequeño chillido emocionado y juntó sus delgadas manos con añoranza como un niño.

- Me gustaría ir a las cataratas del Niágara. ¡No!, obviamente iré a las cataratas, sé que Seunghyun me llevará allí - Jiyong dio unos brinquitos riéndose de gozo.

- ¿Lo hará? ¿Cómo estás tan seguro? - Hyorin preguntó nuevamente tratando de ocultar la compasión de su rostro, pues Jiyong en definitiva era una pequeña criatura demasiado inocente, ilusa, confiada y sobre todo, infortunadamente para completar, enamorado.

Enamorado de un hombre al que se le veía cualquier cosa por el menor, menos cariño y respeto.

No era justo. Ella podría jurar que Jiyong caminaba con flores, corazones y estrellas a su alrededor, siempre es muy amable con todos, positivo aunque no hayan muchas opciones o incluso soluciones, demasiado tierno porque es todo un parlanchín, habla mucho, hasta de lo más mínimo y a pesar de que a veces quisiera taparle la boca con cinta y dejarlo mirando películas para que se entretenga y deje de estar revoloteando a su al rededor con su camarita tomándole fotos incluso hasta a los mosquitos, Hyorin en definitiva lo ama demasiado.

No hay otra persona que cause tanto amor y protección en ella de forma maternal a pesar de no ser tan mayor, Jiyong merece ser amado sin límites, pero es poco lo que recibe a lo que siempre da, si hablando de Choi Seunghyun se trata.

El suave suspiro de Jiyong la obligó a mirarlo con picardía. - Porque se qué si, hemos hablado mucho de ello con, además, lo que más quiero es que a él le gusten tanto como a mí, quiero que sea feliz estando allí. Son hermosas - Corrió hasta la pequeña mesa en donde estaba su cámara instantánea y rápidamente tomó una foto de Hyorin rodeada de diferentes diseños de trajes.

- En fin, ¿te gusta tu traje, Tasmania? - Jiyong río por el apodo que su noona había puesto para él hace mucho tiempo por ser como un torbellino haciendo desastres, tal y como el Demonio de Tasmania en las caricaturas. Acercándose al espejo se contempló de arriba para abajo e hizo una mueca.

- No importa si me gusta, lo importante es que le guste a él - En su mente recordó a Seunghyun y sonrió con amor.

Hyorin trato de sonreír ampliamente, sin decir nada. Su mundo giraba en torno a ese hombre.

Solo esperaba que Jiyong no muriera de amor por él algún día.

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- ¡Oye maldito inepto! - Seunghyun hizo una mueca de puro fastidio al escuchar la voz de su jefe, pero solo le dio otra calada a su cigarrillo y siguió mirando el agua. - ¡Estoy hablándote! Te ordené sólo una cosa y no has sido capaz de hacerla, para eso te pago.

Se atrevió a disfrutar de su última calada con paciencia, para después tirar su cigarrillo, pararse y darle la cara al estúpido de su jefe.

- Sólo me tomaba un pequeño descanso, escuché a la primera lo que me mandaste a hacer, no soy un idiota - Seunghyun respondió tratando de no alzar su voz. Sin dejar al otro hablar, se giró para acercarse a la piscina y mirarla con asco, había una rata dentro y claramente él tenia que sacarla.

Su trabajo era una mierda. Su suerte no era suerte. Y su vida era un completo chiste.

Respiró con profundidad para estirar su brazo y entre sus dedos tomar la cola del animal, levantarla y quedarse mirándola con odio. Su jefe ya estaba a su lado esperando a que se deshiciera de ella.

Repentinamente, la rata chilló y Seunghyun no hizo más que volverla a echar al agua, esta vez más lejos de su alcance. Ni por error volvería a tocar a esa porquería.