Vigésimo cuarto capitulo

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***Narra Aaron***

- Cómo toda historia cliché de adolscentes, no? La chica se enamora del mujeriego, él la engañana, terminan, él cambia, pasan por estupideces que solo ellos mismos se la ponen, vuelven y están juntos y sí tienen suerte viven felices por siempre porque son malditamentes opuestos- dice ella para poner una sonrisa.

- Sí, creo que sí. Con lo de Rosa no fue tan complicado. Ella me gustaba, yo le gustaba la intentaba conquistar pero como toda chica con un poquito de cerebro se resistió al principio. Duramos año y medio cuando ella simplemente me termina y dice que no quiere nada más conmigo que encontro a otro que la hace feliz. Se hizo novia del tipo a los 3 meses sale embarazada, tiene sida- suspire y pense un poco- La fui a cuidar al hospital mientras sus padres no querian saber nada de ella y alrededor de 8 meses, muere.

Creo que nunca había contado esa historia de la forma tan seca y fria en que lo habia hecho ahora. Pero algo sí era cierto. Ella fue mi única relación seria y duradera, con las otras no pasabamos de los 3 ó 4 meses. Estaba totalmente enamorado de esa chicha morena de cabello negro y ojos miel pero las cosas cambiaron, ella me dejó, yo la seguí amando hasta el día en que murió. Me había acostumbrado a la muerte de las personas, que me abandonen. Me acostumbre a las despedidas y de no aferrarme a ellas.

- Aaron, estás bien?- preguntó.

- Sí, claro. Algo más que quieras saber de mi pasado, preciosa?

- Cómo Will lo sabe?- pregunto sin rodeo.

- Porque por a él le gustaba ella pero ella me prefirió a mí.

- Cuándo pasó lo de Rosa?

- Tenía 15 cuando empezamos. Fue mi primera novia. Cuando tenia 16,  unos 6 meses antes de cumplir los 17 me terminó. Tenía unos 17 y algo cuando murió.

- Eso fue casi hace un año...

- Emm... sí pero desde que me dejo en ese tiempo que la ví con otro, que la vi morir lentamente supe que ya no la amaba, solo fue mi primer amor.

- A qué te refieres con eso?

No conteste. Estacione el auto en el lugar de nuestra cita. Ese hermoso patio que vinimos donde desde las mesas se podia ver una esplendida vista del puente y podiamos disfrutar del resplandor del mar. 

Me parecia bello los paisajes que un país puede tener y como algo verde como el pasto, algo celeste como el cielo, azul como el mar y el color plateado del hierro de un puente puede darte tanta belleza y puede tener un millon de historias impresas en cada paisaje.

La vida es tan hermosa y tan corta. Nada de lo que hacemos aquí se ira con nosotros, solo estamos de paso aquí porque este no es nuestro destino solo nos quedamos un par de días, meses, años, décadas pero solo eso. Trabajamos, estudiamos, ganamos dinero solo para mejorar nuestra estadía aquí pero todo esto solo es de paso.

- Me diras a qué te refieres con lo que dijiste?- sonrei.

- El primer amor no se olvida. En realidad nada se olvida, solo se supera y con el tiempo empiezas a ver borroso el recuerdo pero sigue ahi. En alguna parte de nuestro cerebro y si fue muy importante o marcable, en alguna parte de nuestro corazón. Nuestro primer amor nos enseña que en la vida todo tiene un principio y un final. Es como jugar al monopolio. Nuestro primer amor es nuestra primera vez que nos dan dinero cuando pasamos por la casilla de salida. En cualquier momento podemos caer en otra casilla y perder ese dinero como podemos mejorarlo pero eso no dice que no hay otras propiedades de mayor valor.

- Interesante comparación. Mi vida no ha sido tan complicada como la tuya y a veces me gustaría que me pasara algo lo sufucientemente bueno o lo suficientemente malo para saber si tengo sentimientos o si aún estoy viva por dentro. Mi vida se vuelve una monotonía, que no sé como, no llegó hacer todo dormida. Y ahora que llegaste tu, mi vida es diferente y no sé como reaccionar a estó.

- Solo dejate llevar. Como cuando eres pequeña y estás en la playa por primera vez y viene una ola gigante y no sabes como salir a la orilla... dejate llevar por las cosas buenas y plenas y veras que te llevara a la orilla, te llevara a un lugar seguro. No todo tiene un porque ni un como pero si un cuando y un donde.

- Aaron, no solo puedo alejarme de Logan... Yo... Y-yo lo quiero, en serio.

- Te entiendo- dije para poner cada una de mis manos a cada lado de su cara- Y adoro verte que te preocupes por otra persona que no seas tu pero piensa en que te hara mejor a ti.

- Lo intentó pero no lo logro. Yo, yo solo quiero hacer las cosas bien- limpie la pequeña lágrima que caia por su mejilla.

Iva a besarla cuando aparecieron 5 peronas con pasa montañas en la cara, unos jean negros, y camisas manga largas. Cada uno con un arma en la mano mirandonos fijamente. Coloque a Camila detras de mí para que no le hicieran nada. Aunque se que mi intento seria envano queria que se sintiera, por lo menos, que hize mi esfuerzo por protegerla.

Seguian parados mirandonos moviendo las cabezas de lado a otro lado. Como si fueramos su proxima presa. Terminaron haciendo un semi circulo con nosotros en el medio y uno da un paso adelante.

- Vaya, vaya. Qué tenemos aquí? Aaron, Aaron creí haberte dejado claro las cosas el otro día.

Esa voz la reconocía, tristemente sabía de donde conocía esa voz. Fue el hombre que me llamo al celular y me obligo a decirle a mis padres que cancelaran la busqueda o lastimarian a Camila.

Vamos, esto no me puede estar pasando. Todo estara bien, todo estara bien. 

- Vamos Aaron, te advertimos que tu chica saldria lastimada sí esto seguía. Querida- dijo dirigiendoce a Camila- Creo que tu chico no te quiere. Le valio un bledo que lo amenazaramos contigo... que lástima, pareces buena chica.

- Alejate, no te hemos hecho nada- dije algo nervioso.

- Aaron, te lo advertí. Eso lo que más me duele- dijo para sonreir hipocritamente- tranquilo esto sera rápido pero con mucho dolor...

Sentí como Camila apretaba de mi brazo y los 5 chicos, incluyendolo a él, levantaban sus armas para disparar. Estabamos en medio camino, cada vez nos haciamos más para atras. Tenía, de alguna forma, la esperanza de que llegara alguien pero este es un camino muy poco comun. 

El carro estaba a metros y con mis nervios de punta lo veía a kilometros. No me daria tiempo para correr, sacar las llaves, encender le auto, meter primera y salir de aquí ilesos.

Mi cabeza manejaba a mil por minuto, mirando para todos lados, pensando como coño salir de aquí, mis manos me sudaban, las gotas de sudor me resbalaban por la cara solo me quedo cerrar los ojos y voltear levemente la cara para poder ver por última vez a Camila.

- Te amo- pronuncie antes de caer.

Amor a primer odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora