Cap 15: Sorprise pt.2

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—Mientras tu estabas en clase, yo tuve horas libres y pude salir de aquí e ir a mi casa. Son demasiadas cosas. Si quieres, podemos parar en tu casa, coges lo que haga falta y vamos a la mía.— Dijo su tutor avanzando.

—¿Me quedaré de nuevo ahí?

—Claro.— Dijo algo agitado al bajar las ecaleras con Erick en brazos.

—Que rápido todo... Y ni siquiera somos...--

—Ya está.— Bajó a Erick al casi llegar a la puerta de salida.

Como ya habían hecho, Erick caminó unas calles más arriba, algo lento debido a su dolor y Joel le recogió para dirigirse a la casa del menor.

Ya allí, ambos bajaron del coche para entrar en el hogar de Erick.

—Perdóname si está desordenada, como he estado todo el tiempo en tu casa no he podido--

—No pasa nada.— Le cortó apurado. —Vamos a coger tus cosas rápido.

—¿Por qué tanta prisa?— Dijo Erick sacando las llaves de la mochila.

—Estoy emocionado por la sorpresa que te preparé. Vamos. Apúrate.

Erick abrió y ambos entraron. Minutos más tarde, Joel esperaba sentado en el sofá mientras Erick elegía indeciso la ropa que llevaría.

—¡Daddy!— Reclamó Erick desde su habitación. —¿Cuánta ropa debo preparar? ¿Cuántos días me quedaré?— Preguntaba alzando la voz.

Joel sonrió al oír cómo la había llamado Erick.

—Espera, voy, princeso.— Se levantó del sofá para luego dirigirse a la habitación de Erick, y ya allí, depositó un beso en los labios de este. —Prepara ropa para al menos una semana... Ahora que te has quedado unos días, no quiero que te vayas.

Joel abrazó a su alumno por la espalda mientras este se encontraba sonrojado tomando algunas prendas de vestir.

—No tardes mucho, me desespero...— Susurró en el oído de Erick para después depositar otro beso, esta vez en su cuello.

Los minutos pasaron y Erick tenía una gran maleta preparada, como si se tratase de irse de viaje.

—¡Wow! Eso si es ir preparado.— Dijo Joel con los ojos abiertos de par en par.

—Lo sé.— Dijo junto a una pequeña risa. —Espera, debo llevarme algo de comida para que no se eche a perder aquí.

—¡Genial, más cosas que cargar!— Dijo con falso entusiasmo, bromeando y por ende haciendo reír a Erick.

Erick dejó su maleta preparada en la puerta para después dirigirse a la cocina, Joel siguió los pasos de su menor, dispuesta a ayudarlo. Cuando llegaron, Joel inmediatamente posó su mirada en la encimera que había en esta y millones de ideas comenzaron a pasar por su cabeza.

—¿Crees que debería llevar las--?— Erick no terminó su frase, ya que sintió como unos brazos rodeaban su cintura por detrás. —¡Qué susto...!— De nuevo Joel atacó el cuello del menor con besos. —¿Q-qué estás..? Espera...— Murmuró entre suspiros sin poder defenderse.

Joel volteó a Erick con fuerza y lo tomó por la cintura, alzándolo levemente para luego depositarlo en la encimera.

—Perdón...— De nuevo comenzó a repartir besos por todo el cuello de Erick. —No he podido controlarme...— Ya no sólo besaba su cuello, sino que también metía una de sus manos bajo la falda del menor, acariciando sus muslos y arañándolos a la misma vez.

Con picardía, Joel coló sus dedos en la ropa interior de Erick y comenzó a rozar contra la punta del miembro de su pequeño, sin dejar de besar su cuello y sus labios.

—Espera... Todavía duele mucho...— Protestó Erick agitado, tomando la mano de Joel que se encontraba en su entrepierna.

Joel apartó la mano de Erick algo brusco, separó sus labios del cuello de la menor y susurró.

—Sé un buen baby boy y compláceme.— Posicionó de nuevo sus dedos en el lugar en el anteriormente estaban.

—Pero duele mucho, Daddy...— Dijo con una expresión algo atemorizada.

Aún con el miedo de que Joel volviera a ser tan brusco, su entrepierna le había jugado una mala pasada y comenzaba a soltar los fluidos en su entrepierna al hacer contacto con los largos dedos de Joel.

—Ya estás muy mojado...— Dijo con la voz algo ronca y una sonrisa pervertida. Mordió su labio y prosiguió a hablar. —Esta vez no te haré daño... Tan sólo déjame verte disfrutar mientras te toco.— El ritmo del movimiento de sus dedos en el glande de su alumno había aumentado.

—¿Q-qué? Pero...— Su frase fue cortada por un gemido propio. Aparte de su entrepierna más que húmeda, ahora su respiración estaba agitada y soltaba pequeños gemidos.

—Te negabas, pero mira como te gusta que te toque, ehh...— Dijo retóricamente Joel.

Joel continuó masturbando al contrario mientras esbozaba una pícara sonrisa y una mueca de satisfacción al ver como disfrutaba Erick.

Erick comenzó a tener leves espasmos a la vez que sus brazos temblaban al estar apoyados en la encimera sosteniendo su propio peso. Su espalda se arqueó y los dedos de sus pies se encogieron dentro de sus zapatos al sentir tanto placer.

—¿Qué pasa?— Preguntó Joel junto a una pequeña risa. —¿De nuevo vas a aguantar tan poco, princeso?— Volvió a preguntar retóricamente.

No obtuvo respuesta verbal por parte de Erick, tan sólo un movimiento de su cabeza asintiendo mientras mordía su labio y cerraba sus ojos con fuerza.

—Una pena que no te vaya a dejar terminar...

—¿Q-qué?— Sintió la mano de Joel separarse de su entrepierna y salir de su ropa interior. —No puedes hacer eso...— Dijo con la voz agitada y ronca junto a un pequeño puchero.

—Sí, sí que puedo.— Dijo alejándose de la encimera. —Coge la comida que debías llevarte.— Dijo de espaldas. —Ah, y cámbiate de ropa interior.— Se volteó lo suficiente para que Erick viera su rostro y lamió los dedos que antes se encontraban en la entrepierna de su alumno, para luego salir de la cocina.

Erick esbozó otro puchero y se llevó ambas manos a la entrepierna, apretándola.

—Ni se te ocurra tocarte.— Se oyó decir a Joel de lejos.

Erick, algo molesto, cambió su ropa interior, tomó los alimentos que podrían caducar en el período de tiempo que estaría fuera y se reunió con Joel. Entre ambos llevaron todo hasta el coche de la mayor y pusieron rumbo a casa.

—¿Por qué hiciste eso...? Dijiste que me querías ver disfrutar...

—Agh... Parece que olvidé decirte las normas.

—¿Qué? ¿Cómo que... Normas?

—Sí. Normas como que debes hacer lo que tú Daddy te diga o como que debes dejarte tocar o hacer cualquier cosa cuando y como tu Daddy quiera.

—¿Son esas...?

—Sólo algunas, pero esas son las principales y debes cumplirlas sin ningún tipo de quejas.

—De acuerdo, Daddy...— Dijo con una pequeña sonrisa. Le encantaba ver a Joel siendo dominante. —¿Y si no las cumplo o me quejo?

—Está claro que tendrás un castigo. Te lo dejaré pasar por hoy porque no lo sabías. No habrá castigo. Tienes suerte, en vez de eso, hoy tienes una sorpresa.

✏ Please, Daddy || Joerick »adaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora