Ese esperar

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Cuando disfracé esa mirada, yo no quería. Quería seguir mirándote, pero no podía. Algo no me dejaba seguir, porque, quedaba raro o muy obvia que continúe apreciando tal perfección, para mi gusto. Y para mi gusto es demasiado corto el ratito en que nos miramos; pero cuando pasa, es con tanta pasión. Todo está callado, pero nuestros ojos piden a gritos dejar salir lo que sentimos adentro. Esa llama a la que le pusiste ramas con distintas características de las que te gustan de esa persona, se agranda y gana fervor, cobrando vida en ese fuego distante que nos acerca cada día un poquito más, una luz brillante en todo su resplandor amanece en la espera de este hueco, donde se quiere ver que estas últimas cenizas se junten de nuevo y creen esta chispa contundente a la hora de observar. Pero la oscuridad también puede llegar, tarde o temprano; y tu vuelo puede irse sin vos. Mejor acompañar esta gran subida escalando cada paso con firmeza, y no envolverse en la cabeza de si mismos, donde caeremos al olvido.

Escribo Lo Que Pienso, Por Qué No También Lo Que Siento?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora