Escribo Lo Que Pienso, Por Qué No También Lo Que Siento?

Aprender la vida a las patadas

Este año aprendí mucho, y no porque la haya pasado bien. Lloré para bien y para mal; conocí personas buenas, y otras que me lastimaron; algunas se fueron con o sin porqué. Me hicieron sentir sola o invisible casi todas las personas con las que hablé alguna vez. Pasaron cosas, pero sin embargo presté mucha atención y abrí los ojos. Hay gente que no puede o quiere expresar las cosas, y por más que yo lo termine haciendo, me cuesta mostrarlo. Hubieron cosas que me hicieron ver la realidad de lo que estaba pasando, y entender que lo que venía siguiendo era estresante.
Me di cuenta de lo que tenía que dejar de decir, porque a muchos no les iba a interesar; me di cuenta de lo que tenía que dejar de hacer, porque a muchos no les importaba; me di cuenta de lo que me tenía que dejar de gustar, porque para muchos no era lo mío o para mí. Pero ahora que pienso, aprendí otra cosa de esto, y es que yo voy a comentar lo que quiera con respeto por más que a nadie le guste; que voy a hacer lo que me guste por más que a nadie le importe; que me va a gustar lo que quiera, con lo que me sienta cómoda, y si eso quiere decir que me voy a quedar sola, lo acepto. Lo acepto como cualquier persona que quiere tener sus propios pensamientos, sentimientos, gustos y colores. No voy a dejar que a otra persona le limiten las opciones, porque no elegís sobre otros, y porque si no te gusta lo que hace el otro, mejor dedicate a hacer la tuya.
Este 2020 lo único que voy a pedir es que se pongan a pensar todas las personas y a reflexionar sobre sus acciones, como yo también lo hago, porque nunca sabés cómo le cayó a la otra persona lo que dijiste o hiciste. Porque a mí me pasó que lo dije y nunca recibí un perdón; porque no quiero que le pase a nadie y porque quiero gente que razone más las cosas de las que después se arrepiente. Tranquilamente podés empezar ahora, cambiá un poco que si no es en el siglo XXI, cuándo?