prólogo

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Entrenar toda la vida, jurar lealtad al emperador, pelear en una guerra o conquistar territorio, la vida de un caballero era repetitiva.
La sangre es familiar y las lágrimas ajenas.
Pero el perfume en las cartas provocó lágrimas al marqués Dilwon.



 Pero el perfume en las cartas provocó lágrimas al marqués Dilwon

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