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Cuando desperté podría jurar que se trataría de un día más. Sólo un normal y pacífico día más...

Nunca se me paso por la cabeza que ese asesino en serie que nos mantuvo ocupados a todos en la comisaría del pueblo por tanto tiempo finalmente haya sido capturado.

Estuvo varias semanas inactivo, tanto que pensamos que no habría más víctimas.

Se detuvo de la nada igual que cuando comenzó.

Era todo tan confuso.

El solía grabar en diferentes partes del cuerpo de sus victimas ciertas letras.

El primero, un hombre joven de veinticinco años tenía una "K" en la espalda, hecha con un simple marcador permanente.

El segundo fue un estudiante de preparatoria que estaba a seis días de cumplir los diecisiete. El tenía una "I" en el pecho, esta vez hecha con rasguños.

La tercera era una mujer. Una linda chica rubia de veinte años que tenia una "L" en el vientre. Era un tatuaje reciente, pero no sabemos si fue realmente el asesino quien se lo hizo.

El cuarto había sido un padre de familia. Castaño y con treintena y nueve años recién cumplidos, tenía una "L" en el brazo derecho hecha con una navaja.

El quinto y último fue un muchacho de quince años. El tenía una "E" en el cuello, al parecer también hecha con una navaja.

No había relación en sus víctimas, lo único que tenían en común era que todos eran coreanos. Fuera de eso, todos tenían vidas distintas, sin nada que los uniera.

Pensamos que probablemente fueron elegidos al azar, pero solamente eran suposiciones.

No estábamos seguros de nada.

Y yo en lo personal tampoco estaba seguro de que hayamos capturado al verdadero asesino.

¿Después de tantas dudas y misterios sólo encontrarlo así como así? Algo no estaba bien.

- Lo capturamos esta mañana, señor - Decía con la mirada perdida el oficial Minho mientras me llevaba al cuarto donde tenían encerrado al presunto asesino.

Mi rango no era la gran cosa. No hacía falta tanta formalidad pero le permitía llamarme así, es nuevo después de todo.

- ¿Están seguros que se trata de el?- pregunté siguiendolo de cerca, cuestionandome mentalmente la razón de su extraña manera de actuar ese
día. Minho es un joven valiente e hiperactivo, decidido y alegre como cualquier novato... desde que llegó dejo muy en claro su deseo por hacer de este pueblo un lugar mejor. El verlo así de serio era... extraño.

- Créame... es el. No hay duda-

Abrió la puerta metálica de la habitación y me dio indicación de entrar. Esperaba que el viniera conmigo pero no se movió. En lugar de eso, sólo pasó saliva y una vez que estuve dentro me susurró algo para después cerrar la puerta .

- No es lo que parece en lo más mínimo, tenga mucho cuidado, señor Nam Joon-

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