La Hija De Akatsuki

Capitulo 7

Pov _____

Maldición!!-Se escucho gritar a los lejos, Ayame de seguro estaría cumpliendo lo acordado, un estremecimiento me recorrió al pesar en las pobre almas desdichadas que pegaran sus pecados en las manos de mi marca.

Al alejarme del sitio donde deje a Ayame no tarde en localizar las marcas que en manera estratégica fueron colocadas, podía sentir al rededor de tres en cada parte del barrio, al pasar al primer sello tuve que derrotar a los dos guardias que la cuidaban, por la manera en como hablan y se lanzaron a atacarme pude deducir que ellos no temían morir por sus planes, pero ciertamente corrieron con la asquerosa suerte de toparse a nosotros en su camino. No dejaría que corrompieran la paz que gracias a esos chinobis que sacrificaron sus vidas por algo prospero y mejor para las generaciones futuras y se que los chicos piensan de igual manera. Nosotros nos encargaremos de que los deseos de todos esos ninjas se cumplan a como de lugar.

Me dirigía al siguiente sello cuando siento dos presencias de lo más particular, una de ellas era poseedor de un inmenso chacra abrazador de un momento a otro estaba apresada por unos formidables brazos que me apartaron para no recibir la clavada de una churiken gigante

-Ten más cuidado ttebayo!!-Reclamo, mire por el rabillo del ojo una cabellera rubia alborotada, de debería ser un genio para conocer esa vocecita, aun lado del rubio estaba el chico Uchiha, estuve tan ensimismada en mis pensamientos que no note que me estaban preguntando algo

-Te encuentras bien?-Pregunto el azabache, sentí como la fuerza del brazo del rubio dejaba de ejercer presión dándome espacio para alejarme y mirarles, respondiendo a la pregunta solo asentí a lo cual se conformo de esa acción- Que haces aquí?-Volvió a preguntar a lo cual me hizo reaccionar y me aparté del rubio para mirarlos bien

-Lo mismo que ustedes dos-Simplemente murmuré a lo cual parece ser que molesto al Uchiha- Ahi sellos en el barrio-Informe lo obvio al ver el silencio de los dos

-Lo sabemos -Respondió el rubio por los dos al notar que su amigo no hablaría e iba a seguir de no ser por una risa

- No lo puedo creer!-Gritaron desde atrás de nosotros, fijé mi vista en una sirueta de lo más peculiar en un callejón al otro lado del sello al cual iba a cerrar, a cómo iba avanzando se podía las facciones de la cara, dos renegados aparecieron a los lados en el techo apuntandonos con kunais y katanas - Cuanto tiempo, no? _____- Dijo a lo cual volví mi mirada a la sirueta, mi cuerpo entero se tensó y mis bellos se erizaron, no podía creer lo que miraba frente a mis ojos

- Sensei Yato- Susurré aún confundida, sentí como el rubio y el azabache se colocaban en posición de ataque al ver cómo los otros dos renegados mostraban indicios de lanzarse a ellos

- Lo conocés?- Me pregunto el rubio, a lo cual sin apartar la mirada asentí, Yato río burlón, un escalofrío me recorrió a lo que por inercia saque un kunai de mi portador

- Creí que te alegrarías de verme linda- Mencionó en un tono cariñoso, solamente pude respirar para calmarme

Sensei Yato, más conocido como Tanaka Yato, un ninja de clase SSS de amegakure, fue mi mentor y el de los demás a lo largo de nuestro primer año ya que por una "misión" no sería nuestro sensei, vaya mentira, para ser niños todos pensábamos que éramos inmaduros descubrimos que Yato era uno de los cuatro ninjas que intentaron matarnos en nuestra primera misión como chunnin's, era un tiempo de guerra no sabríamos en quien confiar, en ese tiempo la noticia de que Orochimaru merodiaba las naciones con un Uchiha eran cada vez más fuertes y con ella los raptos así que nos encomendaron cuidar el hijo de un feudal, el niño tenía madera en el arte ninja, tenía un poder ocular extraño pero a la vez facinante y se creía que Orochimaru podía desearlo, puedo decir que la misión fue un excito hasta el final donde casi morimos por volver a la aldea, Yato y tres ninjas más tenían la misión de matarnos, según ellos éramos hijos de unos asesinos y casi lo logran, digo casi de no ser por Kurama estaríamos más que muertos