Nuestro destino

Dos

Eddie miró fijamente por la ventana, suspiro y recargo la barbilla en su mano. Hace dos semanas se habían mudado a la vieja casa donde su padre había vivido en su niñez. Su mamá había creído que era lo mejor para su salud y para alejarse de la contaminación de la ciudad. Y con la muerte de su papá, Eddie no se había opuesto.

Sin embargo, estaba increíblemente aburrido, su madre no le había dejado salir de la casa y el único contacto humano que ha tenido en esos días a parte de su madre, fue con el niño que se cayó de la bicicleta cuando ellos llegaron al pueblo de Derry. Y Eddie quería explorar, conocer y hacer amigos. Quería disfrutar de sus vacaciones de verano antes de que las clases iniciarán. Pero su mamá se oponía por su asma.

-Aún no Eddie, no sabemos que podría paserte sin tus medicamentos. Solo espera un par de días más a que lleguen-imitó la voz de su madre irritado

Volvió a suspirar y cerró los ojos por un par de minutos y cuando los volvió a abrir, miró que dos niños estaban enfrente de su casa en bicicletas. Frunció el ceño y limpio la suciedad que había ocasionado en la ventana por su respiración para poder ver mejor para afuera. Si, fuera de su casa había dos niños y Eddie podía reconocer ese manojo de pelos negros y rizado. Uno de los niños era el de la otra vez. Larguirucho y delgado, de piel pálida y grandes lentes que ocultaban un par de pequeños ojos oscuros pero tupidas pestañas. Sacudió su mano como saludo y una divertida sonrisa se dibujo en sus labios al ver como uno de los niños, el otro que no conocía, golpeaba al otro con su codo. El otro niño era igual alto y delgado, su cabello también rizado pero de un color castaño claro y más manejable, de piel clara y ojos  claros.

Eddie aprovechando que su madre no estaba, les hizo una seña a los niños par que lo esperarán y salió corriendo de su casa.

-¡Hola!-saludo Eddie sonriendo de oreja a oreja

El niño de lentes enrojecio del rostro en cuestión de segundos y boqueo como un pez varias vaces seguidas. El otro niño a su lado bufo sacudiendo la cabeza y le sonrió a Eddie.

-Hola, me llamo Stanley Uris y él es Richie Tozier, pero es un tonto

Eddie rió y amplio su sonrisa.

-Yo soy Edward Kaspbrak pero me pueden llamar Eddie

El niño de lentes se inclino de manera chistosa como si tuvieran falda y fuera una niña con una sonrisa que parecía burlesca.

-Un placer lindu-Eddie. El es Stan, el guapo, no te dejes engañar-dijo

Stanley rodó los ojos molestos y Eddie sintió sus mejillas ruborizarse ligeramente. ¿Escucho mal o Richie iba a llamarlo lindura?

-Así que... ¿Eres nuevo?-preguntó Richie

Eddie soltó una risa sin poder evitarlo y Stanley se golpeó la frente soltando una mala palabra que si su madre hubiera escuchado, lo hubiera hecho lavarse los oídos.

-Realmente no destacas en inteligencia, Richie-se burló Stanley

Richie a su lado solo frunció los labios en un puchero y a Eddie se le hizo adorable. Richie tenía una linda cara que parecía de una ranita. Pero bonita y tierna.

-¿Qué hacen aquí para divertirse? Pero que no sea peligroso, soy asmático-ingado Eddie emocionado

Stanley y Richie se miraron antes de mirarlo.

-Pues Derry no destaca por emocionante pero tenemos un lago...

-¡Una sala de juego y es fantástica!-interrumpió Richie a Stanley

Eddie en ese momento miro que el carro se su madre se iba acercado y se asustó. Su mamá se volvería loca si se da cuenta que se salió de la casa cuando aún lo tenía estrictamente prohibido.

-¡Ya me tengo que ir!-grito corriendo hacia su casa

-¡Espera!-exclamó Richie tomándolo de un brazo y Eddie volteo a verlo-Iremos mañana al lago por si quieres ir

Eddie sonrojo y asintió. Richie lo soltó, Eddie entró a su casa y corrió a su cuarto para encerrarse. ¿Por qué su corazón latía así de rápido?

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Aclaración: Eddie en un principio era un niño curioso, aventurero y lleno de energía, aún no es ese Eddie hipocondríaco que conocemos. La locura de su madre lo irá cambiando 😓

Nos vemos hasta la siguiente parte.