Como siempre haciendo todo para que lo que ya se rompió, vuelva a componerse.
Te ví ese día, ví como me traicionaste en mis narices. Ví como me trataste como si no significará nada y era así no significaba nada para tí.
Ese día fue clave para abrir los ojos y no lo hice, no abri mis ojos para ver lo que pasaba. Llore tanto cuando te vi, ese día fue la primera vez que me destrozaste.
Llore y llore hasta quedarme dormida, durante una semana llore. Pensando porque no era suficiente para vos, pensando en que había echo mal y no, hoy se que no hice nada mal. Recuerdo todos esos días que te conte mi pasado, donde lo más doloroso para mi era la infidelidad y me cuestione porque no pensaste en eso cuando me hiciste eso, y sabes porque no pensaste en eso? Porque simplemente no pensabas en mí. O quizás si... Pero no como yo quería que pienses y hay esta mi error. En querer controlar tus pensamientos y sentimientos. Me ví enredada en un lugar donde no quería estar, otra vez era esa persona, la desechable.
Después de ver la poca importancia que me dabas, volví. Si, volví.
Quise intentarlo de nuevo, después de que sabía que iba a terminar mal muy mal. Igual quise inténtalo. Soltaste dos o tres palabras bonitas más y volví a caer, porque quise. Volví a caer en promesas absurdas que los dos sabíamos que no ibas a cumplir, veia un mínimo de interés en querer estar conmigo y pensaba "porque no? Si parece haber cambiado" Caí de nuevo y me deje llevar y empezaste a apostar en algo más fuerte. Tratandome como alguien especial, repitiendomelo una y otra vez. Que era diferente que a mi si me querías, veo que apostaste a todo, que grandiosa jugada porque aunque yo de la boca para fuera decía no creerlo, mi corazón aceptaba cada una de esas palabras. Aceptaba y las creía, te amaba y te veía como mi felicidad. Eso eras, mi grandiosa felicidad. Bastaba verte dos minutos para estar bien, pero que tonta fui porque después que pasaba esos dos minutos todo se volvía oscuro. Todos los días me hacia más dependiente a que necesitabas o dependiente a tu felicidad, corriendome totalmente al costado. Solo pensaba en que te haría bien a tí, pero nunca vos pensaste ni siquiera un segundo en que me haría feliz a mí.
Lo intente, juro que lo intente...