Escribo por las noches bajo mi almohada mientras recostado en mi cama recuerdo el agrio sabor de tu piel.
Si te soy honesto por tu ausencia me fragmente, y ahora cada personalidad anda suelta escribiendo versos de sus sentimientos hacía tí.
-Indecis...
Adiós a este viejo Aldair quien me provocó últimamente mucho dolor, porque armando fue la razón, pero Aldair solamente se dejó.
Y no es tu culpa todo lo que pasó pero veías las señales de otro chico inestable en tu vida, y evitarlo estuvo bien puesto en tus dos manos. Pero de nada me sirve reclamarte por el pasado, mucho menos a ese desgraciado, aunque el insulto ya no le queda, pero si que rima la condenada.
La última vez que te llevé a una cita, fue en dicho museo donde te tomé una foto, donde demostraste que estabas listo para decirme adiós y dejar derrumbar mi total personalidad, así poco a poco tener la oportunidad de nacer una vez más. A pesar de todo yo te quiero agradecer, el valioso tiempo que a tu lado yo pasé, porque si te pones a pensar, sin tormenta no hay arcoiris que admirar.
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Ya se ha marchado este pequeño niño, volteo precipitadamente y me encuentro con este chico bandido, al cual nada tengo ya que reclamarle pues he crecido esta semilla en mí, ya no quiero ser tu amante. Y las promesas que me hiciste las he quemado en la hoguera del infierno, pues a mí de que me sirve recordarlas y si para mí lo que me provocaste, fue una enorme desilusión. Hoy te prometo que puedes dormir en paz, con la certeza que tú y mi viejo yo los he despedido, pues veo claro que he eliminado este bandido de mi nuevo camino.
