Prólogo

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Su mundo era hermoso.

Sus ojos oscuros y redondos que le contemplaban encantado, iluminandole el corazón. Sus fuertes brazos que tomaban de sus cintura. Aquellos dedos que lo acariciaban despacio. Con besos llenos de pasión que le hacía temblar las piernas.

Ese era su mundo, Jeon Jungkook.

Conociéndose en preparatoria, Jungkook, un grado más adelante que Taehyung, se fijo en aquel chico castaño que no paraba de sonreír y sonrojarse cada vez que lo descubría mirándolo distraído.

Ambos se amaban, de ese tipo de amor y lealtad devota que se describían en aquellos cuentos de hadas, su propio cuento, su propia sencilla historia donde dos corazones se embrujaron el uno al otro.

Se comprometieron terminando la universidad, un lago precioso frente a ellos y Jungkook en traje y arrodillado mirándolo con enormes y fugaces estrellas en sus ojos.

Entonces su mundo se dividió en dos, sin dejar de tocarse, de una preciosa forma.

Se anunció entre mareos, desmayos, ascos, un hambre voraz y cambios de humor.

Llego en un llanto fuerte, labios rositas, mejillas rojas y regordetas. Una cosita tan pequeña y hermosa que Jungkook había llorado al tenerlo en brazos, mientras Taehyung se recuperaba lentamente.

Una familia preciosa. Llenos de una infinita felicidad y amor que le brindaban día a día a su pequeño regalo, combatiendo los pequeños problemas que se presentaban en un matrimonio con éxito.

Pero la vida era injusta, algunos creían que el verdadero infierno era la tierra misma y hacía de la alegría un sentimiento temporal.

Tic tic, tic toc, su tiempo feliz termino.

Un mundo dividido en dos caminos opuestos. Bien y Mal. Bondades y pecados.

Dos significados tan diferentes, y en lo único que eran iguales, era la tentación. Dulce tentación...

Y la primera apareció.

Con cinco meses, el pequeño bebe regordete dormía profundamente en su cuna, mientras que Taehyung descansaba en su habitación a tan altas horas de la noche, ingenuo sin darse cuenta de que su esposo, Jungkook, estaba a una respuesta que marcaría una decisión que cambiaría su vida de una forma imaginable.

Bien y Mal. Bondades y Pecados.

Una tendencia de la humanidad es nunca elegir una opción, tan solo llendo... En medio de esos dos caminos. Muchas o pocas veces deciden ser buenos, bondadosos.

Y otras más, con promesas de poder y deseos concedidos, eligen pecar.

"Acepto, estoy dentro"

Una pequeña y sencilla frase fue suficiente, para que el irónico destino cambiara los hilos y marcara un final diferente que había sido escrito ya, si hubiese elegido lo opuesto.

Bien y Mal.

Milagros... Y Karma.

The Consequences of Greed [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora