Respira, solo es un mounstro

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Sentada en mi acostumbrado asiento al fondo de la sala a lado de un gran ventanal, estaba yo, Mila Amery, contemplando el parque de la preparatoria, sólo se veía al intendente limpiando todas las hojas caídas de los árboles. Igual que siempre no prestaba atención a la clase de Literatura que impartía la aburrida Srita. Parker, y, no es que tuviera algo contra su forma de enseñar, sólo era que no me importaba su clase o más bien, ninguna clase me importaba.

Afuera se veía un clima cálido y airoso a pesar de estar en pleno otoño, así que esperaría a la hora de la salida, lo cuál sería dentro de unas tres horas más y no tenía más remedio que esperar a que transcurriera otro pesado día de escuela lleno de burlas por parte de Rachel, la chica de la clase y de la escuela que siempre por alguna razón encontraba gracioso burlarse de mí aun cuando yo ni la mirada le dirigía.

Mientras miraba por el ventanal del salón noté que detrás de un enorme árbol y amontonados arbustos algo me miraba fijamente; unos ojos no exactamente humanos si no de alguna criatura desconocida, eran rojos sangre y, supe que estaban llenos de furia. Ambos mantuvimos fija la mirada hasta que sentí como si mi mente viajara en aquellos enfurecidos ojos, no sabía exactamente hacía donde iba pero me gustaba la sensación. Aquella sensación de vagar por mi propia mente alejándome de todos. No fue hasta después de poco tiempo cuando oí a lo lejos un golpe como algo que se cerraba. Entonces, reaccioné volviendo de nuevo en mí. La Srita. Parker había cerrado de golpe de su enorme y viejo libro de Literatura para llamar la atención a todos aquellos que estaban vagando y pensando en otras cosas, entre ellos, yo.

Entonces desperté de mi ensueño y por instinto retiré la mirada de la ventana y la fijé en el pizarrón donde se podía leer «Prueba de Literatura. Miércoles, 11 a.m. » ¿Prueba? ¿En qué momento...? Eso significaba que la reprobaría por dos razones: una, el día siguiente era miércoles y conllevaría estudiar mucho, y dos: siquiera sabía lo que vendría en la prueba. Y fue en ese momento en que decepcionada de mí misma, por no ser lo suficientemente capaz de darme cuenta que habría prueba al día siguiente, bajé la mirada a mi pupitre en el qué había libros pero no exactamente de Literatura, más bien: mi libreta que se supone era para apuntes de la materia pero tenía llena de garabatos hechos por mí misma —garabatos que ni yo sabía lo que significaban— pero por lo general dibujaba una especie de constelaciones, un pequeño paisaje, nubes de diferente tamaños y para completar los garabatos, una pequeña flama; todos en una hilera, y el libro que recién había adquirido en la biblioteca, un libro sobre la mitología griega. Volví a ver hacía donde apenas un momento habían estado el extraño par de ojos rojos pero estos ya no estaban, habían desaparecido.

—Como veo que están muy distraídos, en especial la Srita. Amery, —dijo señalándome con un elegante ademán a mí. — Creo que parece buen momento para pedir que pasen el ensayo que encargue desde la semana pasada. —reprimió la profesora y de inmediatamente el aula se llenó de quejas y suplicas de otros alumnos para que la Srita. Parker diera un día más para poder terminarlo, mientras que otros obedientemente sacaban ya listo su ensayo sobre alguna novela que hubieran leído.

Yo lo llevaba, ¿cierto? Hurgué rápidamente en mi revuelta mochila y nada, no lo encontraba en ningún bolso, ningún libro o libreta. Yo lo había hecho, estaba segura pero el problema es que se lo había olvidado en casa. Genial. Ese trabajo era quizá el más importante de todo el semestre junto con la prueba que habría al día siguiente y no lo tenía.

Mientras seguía fingiendo que lo buscaba en mi mochila y sentía la furtiva mirada de la Srita. Parker sobre mi cabeza gacha, en mi mente estaba pensando en una mentira que quizá convenciera a la profesora del porque no lo había llevado. ¿Mi perro se lo comió? No, esa mentira era tan vieja como falsa y ni siquiera tenía perro, ¿lo olvidé en mi casillero? No, también demasiado usada, ¿Qué le inventaría a la Srita. Parker? Pero en ese momento irrumpieron en el salón.

Soy Como...El AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora