La felicidad no depende de las terceras personas. El amor propio no depende de halagos, las decisiones no las toman por nosotros mismos.Al igual que el amor, el amor no consiste en que alguien te enamore siendo amable, sino más bien, consiste en quien se preocupa por ti. No queramos a quien nos ama, amemos como esa persona a nosotros.
Yuuichiro muy nervioso estaba de un lado a otro. No sabía que hacer, después del beso con Mikaela, toda su mentalidad había cambiado por completo. Sí, sí. Estaba feliz porque descubrió que era el crush de su crush, pero tenía miedo. La homofobia de su padre iba a ser un gran obstáculo, temia herir también a Kimizuki, y por si fuera poco, no se creía digno de recibir aunque sea una migaja de amor.
El azabache de paseaba de un lado a otro, después de esa repentina confesión su cabeza daba vueltas.
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-¿Qué dices, Yuu-Chan? ¿Puedo ayudarte a descubrir tú amor propio?-; se miraban fijamente, pero el contrario no tolero más la tensión y se fue a toda velocidad del lugar.
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-Ah...- Suspiró -¿Qué se supone que haga? Mika es muy bueno conmigo, pero si Guren se entera hará lo posible para separarme de él. Y no puedo olvidarme de Kimizuki, si bien recién nos conocemos, no quiero que piense que lo estoy utilizando a mi favor- Frustrado desacomodo sus cabellos de forma rápida negando.
Camino a su cama y se sentó en esta, cubrió su rostro sintiéndose ahora enojado. Su cabeza estaba siendo todo caos. La puerta en ese momento fue tocada, segundos después, abierta, dejando paso así a Mahiru. La mujer se acercó a su hijo y se sentó junto a él, con una pequeña sonrisa. Yuu miró los ojos contrarios y dió un suspiro, recargando su cabeza en el hombro de su madre, ella, de forma automática comenzó a acariciar su cabello
-Estás muy angustiado, deberías distraerte con algo, aprovecha que tu padre no está-.
-Mamá, Guren no debe saber lo que pasó hoy. Ni tu, pero necesito contarlo a alguien.- Ella lo aún mirándolo de forma atenta, hizo una señal para que continuara. -Hoy en la universidad se me declaró alguien que no conocía, y por si fuerza poco, al salir Mika dijo que le gustaba- Resumió todo.
La pelimorada conservo su misma expresión, sabía que en cualquier momento su hijo pasaría por una situación así -Pero, ¿sabes?- Agregó Yuuichiro -Me gusta Mika, aunque tengo mucho miedo de herir a la otra persona, o de que Guren se entere-
Mahiru suspiro, palmeó un poco su espalda y aún sonriendo habló; -Hijo, tienes dieciocho años, ya eres mayor de edad, eres libre de tomar tus propias decisiones. Es más, tu padre ni siquiera te puede seguir alzando la mano o la voz. Eres un adulto, y puedes disfrutar sin temor la oportunidad de tener una muy bonita relación. No tengas miedo, ¿de acuerdo? Yo te apoyaré en cualquier cosa-
Suspiró más aliviado -Tienes razón. Pero, yo no merezco de tener una bonita relación, como dices.- Su madre ya no dijo nada. Al fin y al cabo, no importaba lo que dijera, su hijo estaba muy aferrado a esa mentalidad.
Shindo por fin regresaba a casa. Se sentía un poco triste por lo que había pasado, pero debía comprender que las inseguridades de su amado atacaban en cualquier momento. Al entrar a su hogar, fue recibido por la pelirosa, la abrazo. Cuando se separó, acomodo todas sus cosas en lugar correspondiente. Le contó lo que pasó a su mamá.
-¿Qué piensas hacer hijo? ¿Te darás por vencido?-
El rubio negó -Rendirme no es una opción. Él ahora de seguro va a estar pensando lo que pasó. Dejaré que las cosas fluyan y no lo presionaré en lo absoluto, lo que menos quiero es que le dé algún tipo de ansiedad.- Hizo una pequeña pausa -Además, él parece algo ansioso. Pues parece que no ha logrado dormir. Me comentó que su padre lo vio dormido sin que terminara su tarea y lo despertó tirando de su cabello.-
La mujer negó -Guren esta aprovechando de cosas que no debe. Me alegra mucho que tengas esa mentalidad de esperar a Yuuichiro, hijo, pero ten en cuenta algo. Si él no está estable, no podrá estar estable contigo. Antes de comenzar una relación con él, asegúrate que este cien por ciento seguro, así evitaremos que ambos salgan heridos-
El rubio pensativo analizo lo que su madre dijo. Si lo pensaba por ese lado, el riesgo de que Yuuichiro le correspondiera por el simple hecho de que se conocen por mucho tiempo y son buenos amigos, o por simple pena o temor de quedarse solo era muy grande. Amaba mucho a su amigo, sin embargo él se amaba más. No iba a destruir su estabilidad mental por un joven que estuviera inseguro de lo que quería.
-Tienes razón mamá. Primero tengo que ayudarle a descubrir su amor propio antes que cualquier cosa. Además, no creo que se vaya- Eso último lo comento de broma, riendo junto con su mamá.
Kimizuki por otro lado, sumamente molesto por lo que había visto momentos atrás, terminaba de elaborar un plan muy imprudente. La persona analítica e inteligente había desaparecido, ahora estaba al mando una arrogante, celosa y mal perdedora.
La noche llegó, y todos fueron a dormir. Al día siguiente, Yuuichiro quién ya había tomado una decisión, terminaba de alistarse, salía de casa y como siempre caminaba junto a Mikaela.-Mika, hoy me gustaría hablar contigo sobre lo de la otra vez-
-Claro Yuu-Chan, te estaré esperando fuera de tu universidad como siempre-. El azabache asintió.
Cuando entro a su escuela, fue directo al salón, una vez entró a este, todos comenzaron a aplaudirle. Él extrañado frunció ligeramente el ceño, caminando hasta su lugar. El peligrosa hizo aparición con una gran sonrisa -¡Yuu! Te estaba esperando, todos aquí me ayudaron a hacer mi declaración más especial-
Él por fin cayó en cuenta, aquel momento tan tenso, era una presión social para que Yuuichiro correspondiera a Kimizuki, todos lo miraban de forma atenta, uno que otro gritaba "acéptalo". El corazón del ojiverde latía a mil por segundo. No podía decirle que no a Mikaela porque si lo quería, pero tampoco podía decirle no a Kimizuki porque todos los estaban viendo, y no quería herirlo.
Continuará
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Love
FanfictionAmor. Existen diferentes tonalidades de colores. Y el amor y las personas no son la excepción.