CERCANÍA.

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Los minutos que tardó el elevador para llegar al piso donde estaba la habitación de Plan se le hicieron eternos, jalando bruscamente su cabello cada tres segundos y con la sangre bombeando a mil por hora

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Los minutos que tardó el elevador para llegar al piso donde estaba la habitación de Plan se le hicieron eternos, jalando bruscamente su cabello cada tres segundos y con la sangre bombeando a mil por hora.

Un guardia le acompañaba en total silencio ante la desesperación del abogado, al llamar al hospital le habían notificado que un hombre había entrado a la habitación lo cual le hizo apretar los puños, el sudor estaba bajando por su frente y justo en el momento que paso su mano para limpiarlo las puertas de abrieron frente a sus ojos.

Corrió por el pasillo hasta la habitación sin pensarlo, abriendo la puerta con cuidado y en silencio.

---Alejate de él---Dijo Mean al ver al hombre de espaldas, usaba un traje y sus canas se pondían apreciar entre su cabello.

---Señor de sé la vuelta lentamente--- Segundo el guardia de seguridad con voz firme mientras se acercaba cautelosamente.

Un Suspiró brotó de lo más profundo de su ser cuando al girarse el rostro del señor Rathavit apareció con todo y sus expresiones cansadas mirándolo confundido.

---Hijo, ¿Qué está pasando?---Preguntó acercándose a Mean, quién respiró aliviado.

---Está bien, puede irse---se dirigió al guardia quien salió de la habitación sin decir nada, dejándolos a los tres solos---Nada malo, un mal entendido, Disculpe por no estar aquí para recibirlo.

---No te preocupes por eso, Gong vino conmigo pero se tuvo que ir, estábamos muy preocupados cuando recibimos la noticia---Con cariño peinó los cabellos de su hijo, con tanta delicadeza como quien toca los pétalos de una rosa--- Quise venir anoche pero no era conveniente, ¿Que te dijeron los doctores?.

---Se pego en la cabeza y tuvieron que sedarlo para que la inflamación baje, y ver si es necesario intervenir.

---Verás que no será necesario, mi chiquillo es un luchador y pronto estará bien.---Mean asintió a las palabras de su suegro mientras miraba a la persona en la cama, tan tranquilo como si estuviera teniendo un dulce sueño.---¿Como pasó?.

El abogado casi se ahoga con su propia saliva pero supo disimularlo, pensó rápidamente en una respuesta pues decirle que lo estaban acechando un par de hermanos en busca de venganza sonaría descabellado.

---El árbol de la propiedad se cayó y choco con la ventana---Dijo al fin, rogando porque el hombre le creyera.

---Eso sí que es tener mala suerte--- No dijo nada ante la mirada cálida de su suegro y los dos permanecieron en silencio, vio las pálidas manos -sobre la arrugada manta, en una había estaba el característico brazalete en el que se podía leer "Plan Phiravich" y en la otra había un catéter con la vía intravenosa por donde le estaban mediando el sedante---Quita esa cara, él estará bien no dudes de ello.

Sé esforzó por sonreír aunque no sabía que clase de cara había puesto, lo mejor era seguirle la corriente al señor Rathavit.

---Me alegra que este aquí, y si no es molestia me gustaría pedirle que se quede unas horas con Plan, mientras arreglo algunas cosas.

"Matrimonio arreglado: Meanplan"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora