31 de Octubre de 2006

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

31 de Octubre de 2006


Todo comenzó ese 31 de Octubre. Oshiro Tenshi solo tenía seis años y estaba preparándose para ir a las calles de Tokio con sus padres y hermana menor. Era Halloween y por supuesto que iban a ir a ver todos aquellos disfraces que en las calles se mostraban y obviamente ella también mostraría el suyo que por cierto, su madre estaba ayudando a terminar de colocarle unos últimos detalles.

Una vez lista, se miró en el espejo de cuerpo entero que había en su habitación y dio varias vueltas, admirando su bonito disfraz de brujita. Bueno, para ella lo era.

Un vestido negro con naranja, tenía tiras naranja en la parte del pecho haciendo zigzag, las mangas eran de tul del mismo color, al igual que el tutu esponjado. Unas medias de rayas negras y naranjadas cubrían sus pequeñas piernas y sus pies con unos zapatitos negros de charol, sus manos eran cubiertas con unos guantes cortos sin dedos que tenían un pequeño moño en la muñeca y para finalizar, pero no menos importante, su sombrero negro con un moño naranja.

Realmente le gustaba, su mamá era una muy buena costurera.

— ¿Qué te parece, cariño? — Preguntó dulce su madre. Bueno, es que realmente su mamá era dulce en todo momento y por eso sabía que tenía la mejor mamá del mundo.

— ¡Me gusta! — Soltó con emoción. Pues era la verdad.

— Me alegro de eso — Ella sonrió con calidez. Esa calidez que Tenshi adoraba, porque su mamá era amorosa y muy cariñosa.

Un toque en la puerta llamó la atención de ambas y vieron a su papá asomarse con su hermana menor en brazos. Miyuki; su hermana menor de cuatro años fue disfrazada de algo más sencillo, un gatito. Llevaba un entero negro de manga hasta el codo y un tutu negro de tul, medias cubrían sus piernas y sus pies con unos zapatitos de charol, su nariz pintada con un triangulo invertido y bigotitos, y por último pero no menos importante sus orejitas sobre su cabello castaño.

— ¿Ya están listas? — Preguntó su padre. Él era una persona agradable y no solo lo decía ella, también otros conocidos y sí, su papá era una persona muy buena.

— ¡Sí, sí! Es hora de irnos o llegaremos tarde — La niña de seis años gritó emocionada.

Era alguien realmente muy activa, su vocabulario se desarrolló muy rápido al igual que su escritura. Para su edad era muy inteligente y demasiado astuta.

Las calles de Tokio estaban increíblemente llenas y por ello sus padres sostenían con fuerza sus manos para que no se perdiera entre tanta muchedumbre

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Las calles de Tokio estaban increíblemente llenas y por ello sus padres sostenían con fuerza sus manos para que no se perdiera entre tanta muchedumbre. Todos o la mayoría vestían disfraces maravillosos a la vista de la pequeña quién miraba todo asombrada. Muchos le decían a ella y a su hermana que se veían adorables. Pero no se suponía que eran adorables, bueno, su hermana sí porque era un gatito pero ella.

Ella era una bruja, tenía que dar miedo.

Restó importancia a aquellos comentarios pero aun así los respondía por educación, agradeciendo por ambas porque su hermana era muy tímida aun.

Habían pasado mucho tiempo rondando hasta que se sentaron a descansar en un mini súper dónde había más gente haciendo lo mismo. Su padre les compro bocadillos, mientras comía una banderilla y mecía sus pies en su lugar, logró ver como una persona que le parecía familiar estaba comiendo con exceso, apenas y respiraba.

Entrecerró sus ojitos intentando enfocar a aquella persona y solo así pudo distinguirla, era su vecino; El señor Ito Yasahiro. Era un hombre con sobre peso pero que no pasaba de los cincuenta, lo conocía desde que tenía memoria y sí, siempre estaba comiendo. Obvia acción que tenía una reacción.

El resto de la noche siguieron caminando y pidiendo dulce o truco pero no duró más de la media noche, ya que las pequeñas niñas terminaron exhaustas, haciendo que sus padres decidieran volver a casa. Al principio Tenshi se negó porque aún faltaban tiendas que recorrer y quería ver a más personas disfrazadas pero al final cedió porque si se sentía demasiado cansada.

Al llegar a su hogar la pequeña castaña decidió dar las buenas noches para ir a su habitación, dónde se colocó su pijama con rapidez, dejando su ropa usada en el cesto de ropa sucia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Al llegar a su hogar la pequeña castaña decidió dar las buenas noches para ir a su habitación, dónde se colocó su pijama con rapidez, dejando su ropa usada en el cesto de ropa sucia. Sí, era una niña muy ordenada.

Estaba lista para ir a dormir, incluso ya estaba arropada en la cama y con los ojos cerrados pero por más que intentó conciliar el sueño le fue imposible algo la tenía inquieta y no sabía que era.

Hasta que una idea fugaz pasó por su mente. Con rapidez se puso de pie y busco una libreta que tenía sin usar, tomó un lápiz y algunos colores. Se sentó en su escritorio y se dedicó a hacer un dibujo, siendo sinceros el arte no se le daba muy bien pero se le era entendible. Parecía que su mano se movía por sí sola, termino dibujando una persona, quizás tirada en el suelo y agarrando su garganta, no lo sabía pero al momento de colorearla coloco la cara morada.

Tomó el lápiz nuevamente y con su letra aún no tan perfeccionada escribió: "El señor Ito Yasahiro morirá asfixiado con un trozo de carne."

No sabía realmente porque lo había escrito pero la inquietud que sentía había desaparecido así que no le dio importancia y guardo sus cosas para luego irse a la cama nuevamente. Se arropó y por suerte esta vez sí logró conciliar el sueño sin problema alguno.

Lo que no sabía la pequeña Tenshi es que unos días después el señor Ito sería encontrado muerto en su hogar, sobre el suelo de la cocina. Lo interesante de esto es que en su autopsia se revelo que murió asfixiado por un trozo de carne mal masticada de su parte.

La pequeña niña tuvo miedo. Miedo porque ella lo había escrito en su libreta sin razón alguna, solo porque la idea se le cruzo por la cabeza. Esperaba que aquello haya sido mera coincidencia.

 Esperaba que aquello haya sido mera coincidencia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
I write sins not tragedies ©『Kaneki Ken』Where stories live. Discover now