Capítulo 3

1.7K 116 3
                                    

Odiaba llegar tarde, pero al salir de casa manché mi vestido y tuve que subir a ponerme otro, fue difícil decidir.

Era la fiesta de cumpleaños de Renée, mi madre. Todos se reunirían en casa, estaba demasiado formal lo confieso pero quería impresionar a mamá, creo que era un complejo que no superaba.

Renée siempre había dicho que de sus dos hijas la más hermosa era Rose, eso saltaba a la vista pero tampoco quería sentirme el patito feo.

Tomé un taxi y en 15 minutos estacionaba en frente de mi antigua casa. Mi hermana había cumplido su sueño y vivía al lado. Que práctico. Yo me fui apenas pude, no era mi idea quedarme cerca de mis padres toda la vida.

Bajé del taxi y miré a alguien de espaldas observando la casa.

Nunca superé el miedo a los extraños y me asusté un poco. Traté de caminar lo más despacio posible para que no me notara y poder entrar a casa sin que repare en mí, pero tropecé, mi vestido se enredó con las correas de mis zapatos. ¡Ay, por qué seré tan torpe!

Casi me doy de narices contra el pavimento.

— ¿Se encuentra bien?— preguntó alguien a mi lado.

Esa voz, la reconocería en cualquier parte. Busque sus ojos de inmediato, no podía creerlo, lo había visto en mis sueños tantas veces, era él, en persona ¿Qué hacía aquí?

— ¡Edward!— me emocioné tanto que sin pensarlo me arrojé a sus brazos instintivamente.

—Disculpe… ¿nos conocemos?— preguntó titubeante, si decidirse a abrazarme.

— ¿No me recuerdas? Todavía tengo mi cuerdita para que juguemos a la figuras— le dije al oído, no quería soltarlo.

— ¿Bella?— susurró. Estaba tan feliz de verlo que me abracé más aún.

No me parecía tan alto ahora pero sí seguía siendo el hombre más guapo del mundo, al menos lo era para mí.

—Pero… ¿Cuándo volviste? ¿Cómo has estado? ¿Qué tal África?— apenas lo solté empecé a preguntarle, quería que me contara todo lo que había hecho, cómo antes; que me detallara todo lo que había visto y conocido.

Me miró sorprendido, dio un paso hacia atrás y me evaluó de arriba abajo. Me ruboricé un poco pero no perdí la sonrisa.

—Has crecido— dijo medio asustado.

—Pues sí. Han pasado poco mas de 9 años desde la última vez que nos vimos— le sonreí. –Espero no decepcionarte— no sabía porque pero no quería que se fuera.

Ahora que lo pensaba ¿Sería prudente que entrara conmigo a la fiesta de mi madre? ¿Rose se molestaría? Pero la pregunta más importante… ¿Por qué había venido? ¿Por qué Edward había vuelto después de tantos años? La verdad me golpeó muy fuerte. Edward había regresado a ver a mi hermana. Y ella estaba casada y tenía una hermosa familia. No podía permitir que se vean, no sin antes contarle y pedirle que si aún sentía algo por mi hermana, no pusiera en peligro su hogar.

—No, claro que no Bella, es sólo que… te traje algo y no creo que te sirva ahora—miró un pequeño paquete envuelto en papel de regalo que traía entre sus manos.

— ¿En serio? Vaya, gracias— sonreí. Usualmente no me gustan los regalos ni las sorpresas pero Edward se había acordado de mí, eso en verdad me conmovió. Me lo dio, lo estrujé entre mis manos, se sentía suave.

— ¿Cómo sabias que anduve por África? Me pregunto.

—Te googleé— llevé mi mano a mis labios pero ya lo había dicho, debía sonarle estúpido, sentí una risa calidad y varonil.

ILUSIÓN -Terminado-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora