¿Casarse?

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Naruto no me pertenece, pertenece a Masashi Kishimoto.


—¿Qué ocurre? —preguntó Madara al encontrarse en la oficina de Hashirama.

—Madara, hay problemas —le dijo él —, al parecer hay varios shinobbis renegados que intentan atacarnos.

—Pero ellos no deben de ser muchos —respondió Madara con el ceño fruncido —, podremos acabar con ellos.

—El problema es que intentan poner en nuestra contra a las otras aldeas.

—¿Qué?, pero ellos no tienen porqué estar en nuestra contra —dijo el Uchiha algo molesto —nosotros no invadiremos a ninguja aldea y ellos tampoco deberían hacerlo, hasta tú mismo les diste los otros bijus para que todas las aldeas estuvieran en igualdad.

—Lo sé Madara —dijo Hashirama con un suspiro —, pero nuestras relaciones aún no se han fortalecido tanto como hubiera querido.

—Entonces debemos prepararnos para cualquier ataque  —dijo Madara con firmeza.

—Creí que al formar una aldea todo iría bien, no más guerras entre los Uchihas y los Senju, pero parece que no será así.

—Por una parte si será así —dijo Madara —, ya no hay más guerras entre nuestros clanes, pero no puedes evitar todas las guerras que hay, el mundo es muy grande, ahora las guerras ya no serán entre clanes, serán entre aldeas, no podemos hacer felices a todos por desgracia, pero debemos tratar de que los problemas sean menores, y ahora ni los Senju ni los Uchiha estarán solos ante un combate.

Hashirama Senju sonrió ante las palabras dichas por su amigo.

—Tienes razón Madara, no podemos evitar todas las guerras, pero ahora las enfrentaremos juntos, voy a convocar a una reunión ahora mismo para hablar sobre ello.

Madara no pudo evitar poner una mueca de disgusto, no se sentía muy cómodo ante los demás ninjas.

—Como quieras —respondió.

—Con respecto a Mito Uzumaki...

—¿Si? —preguntó Madara.

—Bueno...tú sabes que ella ahora es la jinchuriki del kyubi.

—Eso lo sé perfectamente —respondió Madara —, yo ayudé en el sellado, ¿recuerdas?

—Sí, claro —dijo su amigo algo inquieto —, bueno...pasa que al parecer, ahora uno de nosostros tendrá que casarse con ella.

Pasaron unos momentos sin que ninguno dijera nada, definitivamente eso había sorprendido a Madara, ¿casarse?

—¿Qué clase de broma es esa? —preguntó con el ceño fruncido.

—Me gustría decirte que lo és, querido amigo —respondió Hashirama —, pero no lo és, varios del clan Uzumaki y de la aldea han pensado que es lo correcto, ya que ambos podemos controlar a los bijus.

—Bueno, yo creo que todos esperan que tú seas el futuro marido de Mito Uzumaki —respondió Madara convencido —, sería una gran unión entre clanes.

—Le he dicho a su padre que lo hablaríamos y después daríamos una respuesta.

—Bueno, ya es tu decisión si quieres casarte o no, aunque supongo que insistirán.

—Madara lo quieras o no, tú también estás involucrado en esto.

—Estoy seguro que a nadie le parecerá que yo esté con ella.

Dejemos de pensar en lo que quiere y piensa la gente Madara —dijo con seriedad el Senju —pensemos en la bienestar de Mito.

—De todas formas creo que contigo estará más que bien.

—Yo creo que lo estaría contigo —respondió Hashirama —, además, tú sabes más del kyubi, por lo que podrías ayudarla a controlarlo.

—Él no quiere que lo controlen —dijo Madara.

—¿Lo ves? —señaló su amigo —, hasta tú ya no lo tratas como una bestia.

Madara no respondió.

—Tan solo piénsalo, acércate a Mito.

—Creo que Mito cree lo mismo que los demás de mí —dijo Madara —, supongo que tu hermano ha estado informándole.

Hashirama solo suspiró cansado ante la actitud de su hermano.

—Bueno, entonces tienes la oportunidad de demostrarle que no es así —dijo sonriendo.

—No creo que a tu hermano...

—Deja a mi hermano con sus ideas —insistió Hashirama —tú solo trata de mostrarle a Mito el verdadero Madara, así también puedes convencerla de que no sea tan dura con el kyubi.

—Creerá que la estoy tratando de manipular.

—Para eso es que primero debes ganarte su confianza.

—Pero...

—Madara no dejaré de insistir - dijo ya cansado Hashirama —, lo haces porque lo haces.

Depués de eso, Madara no pudo hacer cambiar de opinión a su amigo así que decidió retirarse a casa, al pasar por el centro de la aldea pudo ver a la Uzumaki de la cual hablaban anteriormente, ella se veía contenta después de haberse recuperado, sonreía a los niños, también vió que estaba acompañada por el mismo Tobirama, Madara pensó que seguramente en ese momento él estaría hablándole que se cuidara y que no se fiara de él.

Madara decidió seguir su camino a casa, ahora estaba algo molesto por ese Tobirama, ¿quién se creía que era para decirle cosas de él a otras personas?, sí, Madara había acabado con varios Senju pero, estaba seguro de que él no había acabado con sus hermanos, en ese tiempo él no quería guerras, no fue hasta que estuvieron apunto de arrebatarle a su hermano Izuna cuando él había decidido formar parte de ella.

Pero las cosas para ambos clanes eran iguales, habían sufrido pérdidas y para Madara, la actitud que tomaba Tobirama era la de un crio inmaduro, es por eso que no lo soportaba.

Al llegar a casa no pudo quitarse la idea de Hashirama, nadie acaptaría algo así, además, ¿cómo se cercaría a la Uzumaki?, ella era definitivamente alguien valiente y hermosa, pero tenía una mala imagen de él.

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