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Era una noche fría, normal en aquel pueblo, afuera la lluvia parecía que no se detendría, tal vez no en un muy largo rato, tal vez hasta mañana, tal vez estaba molesta, o eso fue lo que pasó por la mente de Tobias seguido de una pequeña risa, una sin gracia que parecía más un bufido, por haber tenido aquella idea tan tonta ya que era imposible que el clima pudiese tener emociones. El muchacho estaba comenzando a desesperarse, mientras con una de sus temblorosas manos frotaba su cara y jalaba con frustración el cabello de la parte trasera de su cabeza con la otra tamborileaba sin cesar con sus dedos en el escritorio del ordenador, sus pies se movían rápidamente y sus grandes ojos que parecían estar inyectados en sangre estaban fijos en la pantalla, de vez en cuando su mirada iba al viejo reloj colgado en su pared, pensando en que cada vez tenía menos tiempo para descansar, todas y cada una de las noches era lo mismo, ''Tobías comienza a tener serios problemas de insomnio'' eso era lo que sus padres decían y aunque él les insistía en que no era así en el fondo también lo sabía, con la ansiedad en aumento se levanto sin cuidado alguno de su silla, ocasionando bastante ruido e intento, inútilmente, ir a la cama para dormir, era la quinta vez que lo hacía, comenzaba a ser una especie de patrón, de la cama a su silla y de la silla a la cama, por momentos sentía que era eterno, que llevaba así años y que jamás iba a terminar, también, en ocasionas se levantaba y caminaba por su cuarto, como si botara de pared en pared, ya estando en su cama con la mirada fija al techo intentaba cerrar los ojos, pareciera como si estuviesen engrapados, abiertos de par en par, se desesperaba cada vez más, su reloj interno estaba destrozado, se sentía como si alguien hubiese entrado en su cabeza para aplastarlo con un martillo solo para fastidiar, sus pensamientos no lo dejaban en paz, se auto-torturaba pensando que en cuestión de pocas horas debía levantarse y alistarse para la rutina diaria, aquella que tanto odiaba, recordando que al llegar la noche todo se repetiría, lo había intentado todo, tés, ver programas aburridos de televisión y vaya que los odiaba, comenzó a sentir un nudo en la garganta, la desesperación, la frustración y el enojo lo carcomían por dentro, tallaba bruscamente su rostro con ambas manos, frotaba sus manos, tiraba de su cabello hasta que salto de su cama y fue directo a un estante con algunos libros donde también se encontraban sus medicamentos y la botella de agua, tomo otra dosis para poder dormir, sabía que tal vez no sería buena idea ya que sería la segunda vez que lo haría, nunca le gustó tomar píldoras o cosas así, pero en estos momentos le comenzaba a dar igual, se sentó de nuevo frente al escritorio, mirando al reloj, esperando a que el medicamento surtiera algún efecto en él.



ᴹⁱˢ ᵒʲᵒˢ ᵉˢᵗáⁿ ᵉⁿᵍʳᵃᵖᵃᵈᵒˢ, ᵃᵇⁱᵉʳᵗᵒˢ ᵈᵉ ᵖᵃʳ ᵉⁿ ᵖᵃʳ
ᵐⁱᵉⁿᵗʳᵃˢ ᵉˢᵗᵒʸ ʳᵉᶜᵒˢᵗᵃᵈᵒ ᵉⁿ ᵐⁱ ˢⁱᵗⁱᵒ.
ᴱˢᵗᵒʸ ʳᵉᵇᵒᵗᵃⁿᵈᵒ ᵉⁿ ᵉˢᵗᵃˢ ᵖᵃʳᵉᵈᵉˢ.
⁽ᵒʰ, ᴰⁱᵒˢ ᵐⁱᵒ⁾
ᴼᵇˢᵉʳᵛᵒ ᵐⁱˢ ᵐᵃⁿᵒˢ, ᶜᵒᵐᵉⁿᶻᵃʳᵒⁿ ᵃ ᵗᵉᵐᵇˡᵃʳ.
ᴵⁿᵉˢᵖᵉʳᵃᵈᵃᵐᵉⁿᵗᵉ ᵃᵗᵃᶜᵒ ᵃ ᵐⁱ ᶜᵒⁿˢᶜⁱᵉⁿᶜⁱᵃ ᵉ ⁱⁿᵍᵉⁿⁱᵒ.
ᴸᵃ ᵗᵛ ʸ ʸᵒ ˢᵒᵐᵒˢ ᵉⁿᵉᵐⁱᵍᵒˢ.
ᴱˢᵗáᵗⁱᶜᵃ ⁿᵃᵘˢᵉᵃᵇᵘⁿᵈᵃ ⁱⁿᵘⁿᵈᵃ ᵐⁱ ᵐᵉⁿᵗᵉ.
ᴱˢᵗᵒʸ ᵖᵉʳᵈⁱᵉⁿᵈᵒ ᵉˡ ᵗⁱᵉᵐᵖᵒ ʸ ᵐᵉ ᵈᵒʸ ᶜᵘᵉⁿᵗᵃ ᵈᵉˢᵖᵘéˢ ᵈᵉ ᵈíᵃˢ ᵈᵉ ᵖᵉⁿˢᵃʳ ᵉˢᵒ.
ᴱˢᵗᵒʸ ᵃᵗᵃˢᶜᵃᵈᵒ, ᵃᵘᵗᵒ⁻ᵗᵒʳᵗᵘʳáⁿᵈᵒᵐᵉ.
ᴹⁱˢ ᵐᵉᵈⁱᶜᵃᵐᵉⁿᵗᵒˢ ᵐᵉ ᵉˢᵗáⁿ ᶠᵃˡˡᵃⁿᵈᵒ.
ᴿᵉˡᵒʲ ⁱⁿᵗᵉʳⁿᵒ ʰᵉᶜʰᵒ ᵃñⁱᶜᵒˢ.
ᴺᵒ ᵖᵘᵉᵈᵒ ᵃʳʳᵉᵍˡᵃʳ ᵉˢᵗᵒ.
ᴺᵒ ᵗᵉⁿᵍᵒ ᵉˢᵖᵉʳᵃⁿᶻᵃ...

𝙴𝚕 𝚃𝚒𝚌-𝚝𝚊𝚌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora