1

8.3K 598 123
                                    

Sam se sacudió cuando escuchó el profundo timbre de su vecino. Vaciló, deteniendo su llave para entrar a su casa, y echó un vistazo hacia el lugar donde el robusto hombre estaba. Con el teléfono celular pegado a su oído, Jonah Davis hablaba duramente con alguien de la otra línea dando vueltas por su patio. Frotó la manilla de acero de su puerta, mirando la ancha espalda estirar la delgada camiseta, los músculos se ondulaban bajo ésta con cada paso en redondo que Jonah daba. Miró la estrecha cadera y los gruesos muslos deliciosamente metidos en el vaquero que estaba usando. 

Sintió que su corazón latía más rápido y su pene se ponía duro bajo sus pantalones de tela. Masticó su labio inferior, todavía sosteniendo la manilla de la puerta, revisando el cuerpo de su vecino. Como un ex jugador de fútbol americano, Jonah se mantenía en excelente condición y estaba construido como un sueño caliente. No estaba seguro de la edad de él, pero por la madurez en su rostro y mandíbula cuadrada, podía decir que estaba a finales de sus veintes. 

Jonah frotó su cabello en la cima de su cabeza, cerrando los ojos y asintiendo lentamente antes de volver a hablar. Sam contuvo el gemido atorado en su garganta cuando los bíceps se flexionaron cuando él se frotó el cuello y movió la cadera hacia un lado. Cerró los ojos por un momento, humedeciéndose los labios repentinamente secos, parpadeó rápidamente y miró el trasero de burbuja por última vez antes de hundir la llave en el cerrojo y entrar a su casa. Una vez dentro, apoyó la espalda contra la puerta y se soltó el nudo de la corbata, apretando los dientes e ignorando la punzada dentro de sus pantalones. 

Dejó su maletín en el sofá pequeño antes de caminar hacia la cocina y tomar un vaso de agua. Limpió el vaso y lo dejó nuevamente en su lugar antes de dirigirse a su habitación. Antes, tomó su maletín, deteniéndose en la ventana, mirando hacia Jonah. El hombre seguía hablando con la otra persona, pero ahora limpiaba su rostro con el borde de su camiseta por lo que Sam pudo ver su piel brillante por el sudor y los ondulados músculos, además de la sexy línea de vello que terminaba en algún lugar dentro de sus pantalones.

Dejó caer la cortina y casi corrió hasta su habitación, apenas lanzando el maletín a una esquina antes de soltar su correa y bajar sus pantalones junto a su ropa interior. Se dejó caer de espaldas a la cama, masticando el borde de su camisa mientras su mano comenzaba a jugar con sus testículos rudamente, brusco, necesitado. Imaginó las grandes manos y los gruesos dedos de Jonah tocándolo, molestando su agujero sin piedad, tirando de su pene. Imaginó esos ojos azules, pecaminosos mirándolo fijamente mientras se cernía sobre él como un dios del sexo. Los gruesos músculos moviéndose mientras lo masturba a un ritmo que lo hace temblar y estremecerse. 

No tiene piedad cuando hunde uno de sus dedos dentro de su trasero, su agujero aferrándose a ellos para que no se detenga, para que vaya más profundo y toque su punto sensible. Se arqueó, queriendo ser tocado más, deseándolo más cerca. Pero tuvo que conformarse con la mano envuelta alrededor de su pene y el dedo que se empujaba dentro de él. Gimió.

"Jonah..."

La mano en su pene se movió más rápido, sin compasión, haciéndolo murmurar cosas sin sentido mientras su cabeza se presionaba contra la almohada antes de que gritara, su cuerpo estremeciéndose con cada réplica, incapaz de ignorar la humedad sobre su estómago. Abrió los ojos antes de suspirar, lamiéndose el labio inferior. Había perdido la cuenta de cuántas veces había pasado por esto, cuántas veces desde que vio a su vecino por primera vez y cómo su corazón dio un vuelco. 

Pero desde entonces, había caído completamente por Jonah y su presencia. No le atrajo únicamente por su físico, aunque al inicio no podía creer que alguien tan masculino y sensual como él se había mudado a su lado. Fue con el paso del tiempo, pequeños encuentros y conversaciones con él, que se dio cuenta de cuánto quería estar siendo sostenido por el otro hombre. Quería probar sus besos y escucharlo susurrar palabras en su piel. Lo deseaba con cada parte de su cuerpo, en cada aspecto posible, a un nivel que era preocupante.

[GAY] Profundos Deseos: JONAHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora