Parte 28: Vamos a casa Meg.

124 14 5
                                    

Meg

Estábamos a mitad de un tiroteo, juntos, y apretados en un pequeño baño. Mis mejillas se enrojecían al pasar los minutos y cada segundo al lado del chico que me movía el suelo se tornaban eternos, pero dulces y calientes a la vez.
Tal vez su presencia me hacía perderme en la misma, pero los disparos detenían mi trance.
Concentrarse en lograr algún objetivo con mi chico, no había posibilidad de ello, ambos temíamos por la vida del otro.

Spring rodeó mi pecho con sus brazos, bajando éstos poco a poco a mi cintura. Me protegía con su gran anatomía. El color nacía desde un costado de mi rostro hacia el otro. Mi temperatura aumentó, me estaba poniendo caliente, sin doble sentido, mi cara se comenzaba a calentar.

En el exterior ambos escuchamos un ruido espantoso, un grito, un desgarrador grito, allí los dos sabíamos que teníamos que hacer, salir de la casa. 

Las calles permanecieron solas, sin autoridades que de haber estado presentes, ése asesinato no hubiera sucedido.

Corrimos, sin dar marcha atrás, alcancé a oír las sirenas de Policía en la lejanía, y un "Manos arriba" por parte de la misma.

— Paremos ya, estoy agotada — Retomé el aire descansando mi peso apoyando mis manos en mis rodillas.

— Está bien — Spring me observó con dulzura y liberó una suave risa de entre sus labios.

— No quiero volver a casa, Spring — Reacomodé mi postura y estiré el cuello para observar a mi contrario a los ojos.

— Pero tendrás que hacerlo, no hay donde quedarse — Delicadamente tomó mi mano, presionó un poco y me condujo a la acera.

— Vamos a quedarnos un rato por aquí, por favor — Supliqué tornando mi expresión como él rostro de un pequeño felino bebé.

— Bien, bien, nos quedaremos un poco más — Se dirigió a una banca de color beige y luego repetí su acción. Ambos nos sentamos. — Debemos reparar la ventana, Meg, y las abolladuras de la puerta — Me observó detenidamente esperando respuesta.

— Cierto, la volvieron pedazos, al igual que la puerta —   Arreglé un poco mi desorganizado cabello. — Demonios ¿Cómo le diremos a Fox? — Mi voz angustiada le dió pesar a las palabras.

— ¿Y si él no se entera? Tengo ahorros que podemos utilizar...

Interrumpí bruscamente. — ¡No!  No gastarás tus ahorros en éso, trabajaremos juntos para reemplazar el cristal y todo lo demás, así que no es necesario hacer que todo ése sudor no haya valido la pena por culpa de unos delincuentes, querido — Me crucé de brazos totalmente indignada.

— Está bien, está bien — Liberó una pequeña risita. — Entonces ahora soy "Querido" y no Spring, ¿eh? — Golpeó suavemente mi brazo con su codo.

— ¿¡Qué!? ¡No! — Protesté, el sonrojo nacía desde un costado de mi rostro hacia el otro.

— ¿Entonces no me quieres? — Realizó un tierno puchero ¡Aww! ¡Es tan lindo!

— ¡Eso no fue lo que quise decir! Eres t-tan insoportable, por Dios — Desvié la mirada aún ruborizada.

— Tomaré tus protestas como un: "Si te quiero Spring, eres todo lo que siempre soñé" — Agudizó su voz imitando a una chica, aunque en su mensaje no se equivocaba.

— ¡BASTA IDIOTA! — Cubrí mi rostro con mis manos. Spring rió a carcajadas.

— Adoro ver tu carita hermosa, no la cubras, por favor — Su presencia a mi lado se desvaneció y sentí un calor abrazador frente a mí. Tomó mis manos, con lentitud retiró las mismas de mi rostro. — ¿Te he dicho antes que eres muy hermosa? — Colocó el mechón de cabello que caía sobre mi mejillas tras mi oreja.

— C-creo que sí — Entrecortada intenté formular palabra, vaya fallo. Sus ojos, resplandecientes cuál estrella se clavaron en los míos, permanecimos algunos segundos así, observandonos atentamente, grabando cada detalle del rostro del otro en nuestra memoria, guardando cada facción para ser recordada cuando pasen los años y nuestra radiante piel tenga la textura de una pasa, una suave y arrugada pasa. Fué acercándose a mi oído, y con su voz masculina susurró "Vamos a casa Meg".

¿Tú... De Verdad Me Amas? - Springle - Fanfic FnafHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora