El Peor Guardaespaldas © [✓]

Prólogo

—Henry, ven un segundo que te tengo un nuevo trabajo —dice el señor Mcfly.

—¡Dígame señor, en que puedo servirle!

—Desde ahora ya no serás más mi guardaespaldas. Ahora protegerás a mi hija —dice mientras revisa su móvil.

Frunció el rastro muy confundido.

—¿Señor, pero a qué se debe esto? Sabe usted que a mí no me simpatiza trabajar con jóvenes, ya que son muy complicados y revoltosos —exclama de manera un poco incómoda.

—Hemsworth, tú más que nadie sabes que tengo muchos enemigos. Y no quiero que le suceda algo a mi hija por mi culpa —dice quejándose de si mismo—. Por eso tú serás su guardaespaldas, porque estás capacitado y entrenado mejor que cualquiera que conozca.

—Entiendo. ¿Pero quién lo protegerá a usted señor? —preguta un poco confundido.

—¡Tyler! Sabes que él es bueno, aunque no tan profesional como tú pero es bueno —responde y  alaba el trabajo de Henry—. Mi prioridad es mantener a mi hija segura, y tú vas a ayudarme en eso.

—Está bien señor, pero ya sabe el presupuesto será un poco más alto —reclama de forma profesional—. No es fácil convivir con los jóvenes de hoy en día, con sus pasiones y deseos. Tienen las hormonas alborotadas.

Hace gestos tratando de explicarle a Arnold.

—Hablando de pasiones juveniles... No quiero que te acerques a mi hija fuera de lo profesional. Conozco como eres de seductor con las mujeres y como te miran todas a los lugares que vamos —le advierte mientras lo señala de forma amenazadora—. Si me llego a enteral que tan solo la estás mirando de forma inusual, te mataré Hemsworth.

—Descuide señor, mis gusto no esta en las jóvenes. Soy más de mujeres maduras y ardientes —se mofa y presume de sus buenos gustos.

—¡Más te vale hombre! —le dice fulminándolo con la mirada—. Ahora llévame a casa. Mañana te explicaré de forma más detallada lo que harás. ¿Ok?

—Está bien señor, vamos.

Asiente.

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