II

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Henry.

¡Joder, maldita sea!
Arnold es un desgraciado, como rayos se le ocurre ponerme de guardaespaldas de su hija.
Sabe que detesto lidiar con adolescentes, aunque ella no lo sea, pero tiene pinta de serlo por su personalidad.
Desde ahora tendré que soportar los berrinches y las jodidas cosas de esta niña insolente.
Lo que me pregunto es por qué me eligió a mi y no a Tyler, aunque se que estoy más capacitado y conozco mejor esta familia que él.

Después de que Arnold me dijera lo que tengo que hacer y los permisos que tengo en la casa me fuí a dar una ducha, ya que después de estar todo el jodido día afuera es fastidioso.
Cuando terminé de ducharme fuí a comer algo a la cocina y estando allí veo a la niña mimada de Papi llegar a buscar comida.

Es una niña, pero observándola bien tiene un cuerpo muy bonito, piernas sexys, abdomen plano; toda una modelo la niña. Se ve tierna y sexy con esa vestimenta. Aunque solo es eso, se ve bien, pero sigue siendo una niña.
Y Arnold me advirtió que no me acercará a ella fuera de lo profesional, el muy inepto creé que me fijaría en su hija, jaja.

***

Después de haber escuchado disparos, forcejear con el tipo que entró a la habitación de la srta y dispararle, ella me rodeó con sus brazos. Fué algo muy extraño, quería alejarla pero sería muy cruel y de poca caballerosidad de mi parte; así que la dejé y acaricié su pelo por unos momentos haciéndole sentir que todo estaría bien.

-¡No me dejes sola por favor! -Fueron las palabras que salieron de su boca. Noté que estaba muy asustada y es normal, nunca ha vivido algo así. Tengo que protegerla a toda costa aunque no me simpatice mucho.

-Tiene que quedarse aquí srta, no es bueno que esté allá abajo. Podrían haber más de estas personas y lastimarla -Le advierto.

-Si, pero para eso te tengo a ti. Para que me protejas -Me responde con terquedad.
Quería responderle de mala manera, me hierve la sangre solo con pensar que tengo que estar con ella todo el tiempo. ¡Eres un hijo de puta Arnold por hacerme esto!

-Escuche bien srta... No me tuteé que no le he dado permiso de hacerlo, y hágame caso. Debe quedarse aquí o le pasará algo allá abajo y no quiero cargar con esa culpa -Le reprocho pero ella solo frunce el ceño y me corta la mirada.

-¡Bien señor, no le tuteo! -Hace una mueca y se cruza de brazos-. Pero que conste que si me sucede algo aquí serás responsable. Sonreí de forma inusual ya que me causó gracia el haber escuchado eso.

-No seré responsable de nada niña, si te sucede algo aquí solo diré que estaba atacando a los desconocidos allá abajo y no me percaté que habían subido hacia acá -Le aclaro guiñándole un ojo y retirándome de su habitación-. Así que espere aquí srta, no sea cabeza dura. Arrastré el cuerpo del atacante hacia afuera para que ella no se sienta incomoda.

Esta chiquilla creé que por estar bien posicionada y tener una familia adinerada va a tirarme por el suelo y pisotearme como se le plazca. ¡Está muy equivocada! Debería dejar que suceda lo que deba suceder para así quitarmela de encima. Pero como eso no pasará, tendré que mostrarle quién soy en realidad para así marcar mi territorio, no quiero que me este fastidiando a cada rato. Solo quiero hacerme mi trabajo en paz y ya.

Después de bajar sondeé el área y me encontré con los tres personale de seguridad muertos, y uno de los tipos que entraron a la propiedad.
Arnold tendrá que reforzar la seguridad de esta casa o todos aquí terminarán muertos antes de que cante el gallo.
Regresé a la habitación de la niña y estaba encerrada en el baño con seguro.

Toqué y avisé que era yo.

-¡Abra la puerta srta Natasha, soy yo! -Le aviso y ella sale con un carácter aburrido pasando por mi lado chocando mi hombro izquierdo. Pusé mis manos en mis caderas agachando mi cabeza para luego reírme.

El Peor Guardaespaldas © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora